El agua potable tiene sus problemas. El grupo sin fines de lucro Environmental Working Group (EWG) en 2005 examinó el agua municipal en 42 estados y detectó unos 260 contaminantes en el suministro de aguas públicas, 140 de los mismos eran sustancias químicas no reglamentadas, vale decir sustancias para las cuales los funcionarios de salud no tienen normas de seguridad, y mucho menos métodos para removerlos.
El EWG sí encontró que las empresas de servicios públicos cumplían con más del 90 por ciento de los reglamentos existentes, pero culpa a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) por no establecer normas con respecto a muchos de los contaminantes —industriales, agrícolas, y urbanos—que llegan a parar en nuestra agua potable.
A pesar de lo que parece un montón de estadísticas alarmantes, el Natural Resources Defense Council (RDC) que también ha llevado a cabo muchos estudios acerca de aguas embotelladas y municipales, declara: “A corto plazo, si Ud. es un adulto sin ninguna condición especial de salud, y no estás encinta, puedes beber el agua de la mayoría de las ciudades sin tener que preocuparte demasiado”. Eso se debe al hecho de que la mayoría de los contaminantes del agua potable existen en concentraciones tan pequeñas que se necesitaría cantidades mucho más grandes para que se presentasen problemas de salud.
El NRDC sí recomienda cautela, sin embargo, con respecto a mujeres encinta, niños pequeños, ancianos, gente con enfermedades crónicas y aquellos con sistemas inmunes debilitados, ya que ellos pueden ser especialmente vulnerables a los riesgos involucrados en el agua contaminada”. El grupo sugiere que cualquiera persona vulnerable obtenga una copia del informe municipal sobre calidad de aguas de su ciudad (requeridos por ley) y que lo revise con su médico personal.
En lo que respecta al agua embotellada, primero se debe saber que de un 25 a un 30 por ciento esta agua proviene de sistemas de agua municipales, a pesar de las bellas etiquetas de naturaleza vírgen que adornan sus botellas y que implican otra visión de la verdad. Algunas de estas aguas sufren filtración adicional, pero otras no. El NRDC ha investigado el agua embotellada extensivamente y ha encontrado “que la misma está sujeta a menos pruebas rigurosas y normas de pureza que las que rigen el agua potable municipal”. La FDA no requiere que el agua embotellada sea probada con la misma frecuencia por bacterias que el agua potable, y los reglamentos de la Dirección de Alimentos y Drogas de los EUA permiten un poco de contaminación de E coli o coliforme fecal, lo que no se permite en absoluto en las aguas municipales.
Asimismo, el NRDC encontró que no hay requisitos para que el agua embotellada sea desinfectada o examinada por parásitos tales como el criptosporidio o giardia, a diferencia de los reglamentos más severos de la EPA que regulan el agua potable. Esto abre la posibilidad, dice el NRDC, que algunas aguas embotelladas podrían presentar los mismos riesgos de salud a las personas con sistemas inmunes debilitados, los ancianos y otros, que ocurren con el agua potable.
En resumen, se debe reconocer que hemos hecho grandes inversiones en sistemas de entrega de agua potable municipal que llevan este líquido precioso directo a las llaves de agua en nuestras cocinas cuando se necesite. En vez de dar eso por sentado y empezar a confiar en agua embotellada, debemos hacer lo posible para verificar que el agua potable sea sana y limpia para todo el mundo.
CONTACTOS: Environmental Working Group, www.ewg.org/tapwater/findings.php;
EPA Local Drinking Water Information, www.epa.gov/safewater/dwinfo.htm;
NRDC, http://www.nrdc.org/water/
El EWG sí encontró que las empresas de servicios públicos cumplían con más del 90 por ciento de los reglamentos existentes, pero culpa a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) por no establecer normas con respecto a muchos de los contaminantes —industriales, agrícolas, y urbanos—que llegan a parar en nuestra agua potable.
A pesar de lo que parece un montón de estadísticas alarmantes, el Natural Resources Defense Council (RDC) que también ha llevado a cabo muchos estudios acerca de aguas embotelladas y municipales, declara: “A corto plazo, si Ud. es un adulto sin ninguna condición especial de salud, y no estás encinta, puedes beber el agua de la mayoría de las ciudades sin tener que preocuparte demasiado”. Eso se debe al hecho de que la mayoría de los contaminantes del agua potable existen en concentraciones tan pequeñas que se necesitaría cantidades mucho más grandes para que se presentasen problemas de salud.
El NRDC sí recomienda cautela, sin embargo, con respecto a mujeres encinta, niños pequeños, ancianos, gente con enfermedades crónicas y aquellos con sistemas inmunes debilitados, ya que ellos pueden ser especialmente vulnerables a los riesgos involucrados en el agua contaminada”. El grupo sugiere que cualquiera persona vulnerable obtenga una copia del informe municipal sobre calidad de aguas de su ciudad (requeridos por ley) y que lo revise con su médico personal.
En lo que respecta al agua embotellada, primero se debe saber que de un 25 a un 30 por ciento esta agua proviene de sistemas de agua municipales, a pesar de las bellas etiquetas de naturaleza vírgen que adornan sus botellas y que implican otra visión de la verdad. Algunas de estas aguas sufren filtración adicional, pero otras no. El NRDC ha investigado el agua embotellada extensivamente y ha encontrado “que la misma está sujeta a menos pruebas rigurosas y normas de pureza que las que rigen el agua potable municipal”. La FDA no requiere que el agua embotellada sea probada con la misma frecuencia por bacterias que el agua potable, y los reglamentos de la Dirección de Alimentos y Drogas de los EUA permiten un poco de contaminación de E coli o coliforme fecal, lo que no se permite en absoluto en las aguas municipales.
Asimismo, el NRDC encontró que no hay requisitos para que el agua embotellada sea desinfectada o examinada por parásitos tales como el criptosporidio o giardia, a diferencia de los reglamentos más severos de la EPA que regulan el agua potable. Esto abre la posibilidad, dice el NRDC, que algunas aguas embotelladas podrían presentar los mismos riesgos de salud a las personas con sistemas inmunes debilitados, los ancianos y otros, que ocurren con el agua potable.
En resumen, se debe reconocer que hemos hecho grandes inversiones en sistemas de entrega de agua potable municipal que llevan este líquido precioso directo a las llaves de agua en nuestras cocinas cuando se necesite. En vez de dar eso por sentado y empezar a confiar en agua embotellada, debemos hacer lo posible para verificar que el agua potable sea sana y limpia para todo el mundo.
CONTACTOS: Environmental Working Group, www.ewg.org/tapwater/findings.php;
EPA Local Drinking Water Information, www.epa.gov/safewater/dwinfo.htm;
NRDC, http://www.nrdc.org/water/
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