"The melting of the polar ice caps is sending large amounts of fresh water into the world’s oceans. Many climate scientists fear that if the climate heats up fast enough and melts off the remaining polar ice rapidly, the influx of fresh water could stall out the Gulf Stream and rob the northeastern U.S. and northwestern Europe of their natural heating source, plunging the two continents into a cold snap that could last decades or longer."
Pic courtesy: Getty Images
It’s true that the melting of the polar ice caps as a result of global warming is sending large amounts of freshwater into the world’s oceans. Environmentalists and many climate scientists fear that if the climate heats up fast enough and melts off the remaining polar ice rapidly, the influx of freshwater could disturb ocean currents enough to drastically change the weather on the land as well.
The Gulf Stream, a ribbon of ocean water that delivers heat from the tropics up to the North Atlantic, keeps northeastern U.S. and northwestern Europe weather much milder than other areas at the same latitude around the globe. In theory, less salt in the ocean could stall out the Gulf Stream and rob some of the world’s greatest civilization centers of their natural heating source, plunging the two continents into a cold snap that could last decades or longer—even as the rest of the globe warms around them.
The Gulf Stream keeps running because the warmer water travelling north is lighter than cold water, so it floats on top and keeps moving. As the current approaches the northern Atlantic and disgorges its heat, it grows denser and sinks, at which point it flows back to the south, crossing under the northbound Gulf Stream, until it reaches the tropics to start the cycle all over again. This cycle has allowed humans and other life forms to thrive across wide swaths of formerly frozen continents over thousands of years. But if too much dilution occurs, the water will get lighter, idling on top and stalling out the system.
Some scientists worry that this grim future is fast approaching. Researchers from Britain's National Oceanography Center have noticed a marked slowing in the Gulf Stream since the late 1950s. They suspect that the increased release of Arctic and Greenland melt water is to blame for overwhelming the cycle, and fear that more warming could plunge temperatures significantly lower across land masses known as some of the most hospitable places for humans to live.
Of course—not surprisingly—others have noted a contradictory trend: Some parts of the world’s oceans are getting saltier. Researchers from the UK’s Met Office and Reading University reported in a recent issue of the peer-reviewed journal Geophysical Research Letters that warmer temperatures over southerly sections of the Atlantic Ocean have significantly increased evaporation and reduced rainfall from Africa to the Caribbean in recent years, concentrating salt in the water that’s left behind. In fact, the Atlantic in this region is about 0.5 percent saltier than it was four decades ago.
But given how little we really know about the future effects of our carbon loading of the atmosphere, calling these two trends contradictory might be premature—as the two regions of ocean interact with one another and are part of a larger whole. Looking instead at the big picture, it’s clear that climate change is already having a relatively large effect on the world’s oceans by fundamentally altering evaporation and precipitation cycles. Only time will tell how dramatic the results of these changes will be.
CONTACTS:
National Oceanography Center,
http://www.noc.soton.ac.uk/;
Met Office, http://www.metoffice.gov.uk/;
Geophysical Research Letters,
www.agu.org/journals/gl/
Querido DiálogoEcológico: ¿Si los casquetes polares se derriten, qué sucede con el contenido salado de los océanos? ¿Y quizás contribuya esto a pautas meteorológicas raras o a causar otros problemas ambientales?- George Boyer, a través de email
Es verdad que el deshielo de los casquetes polares a consecuencia delcalentamiento climático envía cantidades grandes de agua dulce a losocéanos del mundo. Los ecologistas y muchos científicos del climatemen que si el clima se calienta demasiado rápido y funde el hielopolar restante rápidamente, la entrada de agua dulce podría perturbarlas corrientes del océano bastante como para cambiar drásticamente eltiempo en la tierra también.
La Corriente del Golfo, una cinta de aguas del océano que entregacalor de los trópicos hasta el Atlántico norte, mantiene al clima delnoreste de los EEUU y noroeste de Europa mucho más templado que otrasáreas en la misma latitud alrededor del globo. Teóricamente, menos salen el océano podría desbaratar la Corriente del Golfo y privar aalgunos de los centros más grandes de civilización del mundo de sufuente natural de calor, hundiendo a los dos continentes en una ola defrío que podría durar décadas o más largo—al momento en que el restodel globo se calienta alrededor de ellos.
La Corriente del Golfo se mantiene porque el agua más tibiadesplazándose al norte es más ligera que el agua fría, así que flotaencima y sigue moviéndose. A medida que la corriente se acerca alAtlántico norte y descarga su calor, se pone más densa y se hunde, acuyo punto fluye en marcha atrás hacia el sur, cruzando por debajo dela misma Corriente del Golfo en dirección norte, hasta que alcanza lostrópicos para comenzar el ciclo de nuevo. Este ciclo ha permitido alos humanos y otras formas de vida prosperar a través de anchas zonasde continentes anteriormente congelados por más de miles de años. Perosi demasiada dilución ocurre, el agua se pondrá más liviana,concentrándose en la superficie y desbaratando el sistema.
Algunos científicos se preocupan que este futuro cruel se acercarápidamente. Los investigadores del Centro Nacional de Oceanografía deGran Bretaña han advertido una marcada pérdida de velocidad en laCorriente del Golfo desde el final de la década de los cincuenta.Ellos sospechan que la entrada creciente de aguas del Artico y de lanieve derretida de Groenlandia es culpable de abrumar el ciclo, ytemen que más calentamiento podría hundir las temperaturasapreciablemente a través de masas continentales bien conocidas comoentre los lugares más hospitalarios para vivir del mundo.
Por supuesto—no sorprendentemente—otros han notado una tendenciacontradictoria: Algunas partes de los océanos del mundo se estánponiendo más saladas. Investigadores de la Oficina Met y de ReadingUniversity de Gran Bretaña informaron en un número reciente de Geophysical Research Letters que temperaturas más tibias sobresecciones australes del Océano Atlántico han aumentado apreciablementela evaporación y reducido la lluvia de Africa al Caribe en los últimosaños, concentrando sal en el agua restante. De hecho, el Atlántico enesta región es cerca de 0,5 por ciento más salado que hace cuatrodécadas.
Pero dado cuán poco sabemos realmente de los futuros efectos denuestra carga de carbón en la atmósfera, llamando estas dos tendenciascontradictorias quizás sea prematuro—ya que las dos regiones de océanointeractúan una con la otra y forman parte de un total más grande.Mirando en vez de esto el cuadro completo, es claro que el cambio declima ya está teniendo un efecto relativamente grande en los océanosdel mundo y alterarando fundamentalmente los ciclos de evaporación yprecipitación. Sólo el pasar del tiempo podrá decir cuán dramáticoslos resultados de estos cambios serán.
CONTACTOS:
National Oceanography Center,
MetOffice,
Geophysical Research Letters,
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