Dear EarthTalk: Why did 34 million wild sockeye salmon return to the Fraser River in British Columbia this year? The run had been declining for 20 years before now. - David B., Seattle, WA
“Some 34 million sockeye salmon returned to Canada’s Fraser River this past summer and fall, following years of decline that had many scientists worried about the future of the fish and the industry built around it. There is now great optimism for better times ahead.”
Pic courtesy: “John Warrenchuk, courtesy Wikipedia.”
The miraculous sockeye salmon run in western Canada’s Fraser River watershed in the summer and fall of 2010—indeed the biggest run in 97 years—still has fishers, researchers and fishery managers baffled. Just a year earlier only one million fish returned to spawn. No one seems to be able to say for sure what caused the massive 2010 run, but most agree that it probably had to do with the very favorable water conditions that were present in 2008 when the sockeyes were juveniles. “They’re very vulnerable at that stage of their life,” reports John Reynolds, a salmon conservation expert at Canada’s Simon Fraser University.
Roberta Hamme, a researcher with Canada’s University of Victoria, suggests in a recent study published in Geophysical Research Letters that the ash fall from the eruption of Alaska’s Kasatochi volcano in 2008 may be one reason for the huge 2010 run. Iron in the ash, which was spewed far and wide by the erupting volcano and then dispersed further by turbulent weather, served as a fertilizer throughout the North Pacific. The result was huge algae blooms that dramatically improved the fish’s food supply. A similar large Fraser River salmon run in 1958 was likewise preceded by a huge volcanic eruption in Alaska.
What was particularly striking about 2010’s mammoth run was the contrast against 2009, when the Fraser River sockeye run was a disaster by all accounts. It capped 20 years of decline and was so much worse than anyone had expected that the Canadian government formed a commission to investigate possible causes, reported Daniel Jack Chasan on the Pacific Northwest news website, Crosscut.
The situation was terrible in 2008, as well, so much so that on the U.S. side of the border, then-Commerce Secretary Carlos Gutierrez declared the Fraser salmon fishery a disaster and allocated $2 million to U.S. tribes and commercial fishermen to make up for their loss of income. But strangely enough, just as the Canadian commission began investigating the paltry 2009 run, said Chasan, commercial fishermen “started hauling in more Fraser River sockeye than any of them had ever seen.”
Generally speaking, scientists and environmentalists are well aware of why wild West Coast salmon runs have been declining over the past century: namely pollution at almost every inch along the thousand mile river-to-sea-and-back underwater journey, overfishing in both rivers and the ocean, and man-made obstructions to fish passage. But environmentalists are now optimistic that the huge 2010 sockeye run is a sign of better times ahead. Perhaps improved logging practices, a resurgence in organic farming, new protections for upstream habitat or restrained commercial fishing catch limits—or some combination thereof—has begun to make a difference in salmon survival.
In any event, the salmon runs typically peak every fourth year—2010 was supposed to be a peak year but substantially exceeded expectations. Only time will tell if the masses of sockeyes in the Fraser in 2010 were a fluke or foreshadow better days ahead for the environment—and for the fish and people in it.
CONTACTS: John Reynolds, www.sfu.ca/biology/faculty/reynolds/The_Reynolds_Lab ; Geophysical Research Letters, www.agu.org/journals/gl ; Crosscut, http://www.crosscut.com/
In Spanish:
Querido DiálogoEcológico: ¿Por qué regresaron 34 millones de salmones rojos salvajes al Río Fraser en la Columbia Británica este año? La carrera había estado disminuyendo por 20 años. - David B., Seattle, WA
“Unos 34 millones de salmones rojos salvajes regresaron al Río Fraser en la Columbia Británica el verano y otoño pasados, tras años de disminución que tenía muy preocupados a muchos científicos acerca del futuro del pez y la industria que gira a su alrededor. Existe ahora gran optimismo acerca de mejores tiempos en el futuro.”
La carrera milagrosa del salmón rojo en la divisoria del Río Fraser de Canadá occidental en el verano y otoño de 2010—verdaderamente la carrera más grande en 97 años—todavía tiene a los pescadores, investigadores y gerentes de pesquería desconcertados. Sólo un año antes sólo un millón de peces regresaron a desovar. Y nadie puede decir con certeza lo que causó la carrera masiva de 2010, pero la mayoría cree que probablemente tuvo que ver con las condiciones mucho más favorables de agua que se presentaron en 2008 cuando los rojos eran jóvenes. “Son muy vulnerables en esa etapa de su vida,” reportea John Reynolds, un experto en conservación de salmón con la Universidad Simon Fraser de Canadá.
Roberta Hamme, un investigador con la Universidad de Victoria, Canadá, sugiere en un estudio reciente publicado en Geophysical Research Letters que la caída de cenizas de la erupción del volcán Kasatochi de Alaska en 2008 puede ser una razón de la inmensa carrera de 2010. El hierro en la ceniza, que fue arrojado por todas partes por el volcán en erupción y enseguida dispersado aún más por el tiempo turbulento, sirvió como abono a través del Pacífico del Norte. El resultado fue explosiones inmensas de algas que mejoraron dramáticamente la provisión alimentaria del pez. Un carrera semejante de salmón grande del Río Fraser en 1958 fue precedido igualmente por una erupción volcánica enorme en Alaska.
Lo que resultó especialmente notable acerca de la carrera gigante de 2010 fue el contraste con 2009, cuando la carrera del salmón rojo del Río de Fraser fue un desastre completo. Coronó 20 años de bajada y fue tanto peor que lo que cualquiera hubiese esperado que el gobierno canadiense formó una comisión para investigar las causas posibles, reportó Daniel Jack Chasan en el sitio web de noticias del noroeste pacífico, Crosscut.
La situación fue terrible en 2008, también, hasta tal punto que en el lado de EEUU de la frontera, el entonces Secretario de Comercio Carlos Gutierrez declaró a la pesquería de salmón del Fraser un desastre y asignó $2 millones a tribus de EEUU y pescadores comerciales para compensar sus pérdidas de ingresos. Pero curiosamente, al mismo tiempo que la comisión canadiense empezó a investigar la ínfima carrera de 2009, dijo Chasan, los pescadores comerciales "empezaron a coger más salmón rojo del Río de Fraser que lo que ellos jamás habían visto".
En general, los científicos y ecologistas están bien enterados de por qué las carreras del salmón salvaje de la costa Oeste han estado disminuyendo durante el siglo pasado: a saber, la contaminación a lo largo de casi cada pulgada del viaje de mil millas del río hacia el mar y de vuelta, la sobrepesca tanto en los ríos como el océano, y las obstrucciones artificiales al pasaje de peces. Pero los ecologistas están ahora optimistas que la inmensa carrera del salmón rojo en 2010 es un signo de mejores tiempos futuros. Quizás mejores prácticas de tala de bosques, un resurgimiento en la agricultura orgánica, nuevas protecciones para el hábitat río arriba o límites más estrictos para la pesquería comercial—o alguna combinación de las mismas—han comenzado a hacer una diferencia en la supervivencia del salmón.
En todo caso, las carreras de salmón típicamente alcanzan su máximo volumen cada cuatro años—se suponía que 2010 iba a ser un año pico pero las expectaciones fueron dramáticamente excedidas. Sólo el tiempo puede decir si las masa de salmones rojos en el Fraser en 2010 fue un accidente o esto prefigura mejores días para el ambiente—y para el pez y las personas que dependen de él.
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