Dear EarthTalk: I understand that, among mining’s other problems, like providing climate-warming coal and endangering miners’ lives, it is also a serious water polluter. Can you enlighten? - Richard Moeller, Salt Lake City, UT
Mine effluent is typically a stew of hazardous acid-generating sulphides, toxic heavy metals, waste rock impoundments and water. When this waste drains into local streams and aquifers, it can kill living organisms and render formerly pristine local waters unsafe to swim in or drink.
Photo courtesy ilovemountains.org
Mining disasters have grabbed a lot of headlines of late, but mines pose another insidious threat that tends to get little press attention: pollution of the nearby environment which, in turn, threatens the health of the people who live nearby. Environmentalists are particularly concerned about water pollution from mines.
Mining operations use large amounts of fresh water to process recovered ore; the resulting mine effluent is typically a stew of hazardous acid-generating sulphides, toxic heavy metals, waste rock impoundments and water—and it is often deposited nearby in large free-draining piles where it can pollute land and water supplies for decades to come. When this waste water drains into local streams and aquifers, it can kill living organisms and render formerly pristine local waters unsafe to swim in or drink.
Increased soil erosion around mines also leads to excessive sedimentation of nearby waterways. This reduces the productivity of fisheries while limiting the availability of irrigation sources.
“Mining by its nature consumes, diverts and can seriously pollute water resources,” reports the nonprofit Safe Drinking Water Foundation (SWDF). “…mining has become more mechanized and therefore able to handle more rock and ore material than ever before,” reports SWDF. “Therefore, mine waste has multiplied enormously.” The group warns that “as mine technologies are developed to make it more profitable to mine low grade ore, even more waste will be generated in the future.”
Here in the U.S., increasing recognition of the water (and other types of) pollution problems caused by various forms of mining led the Environmental Protection Agency (EPA) to issue much more stringent guidelines in April 2010 regarding how and where mines on American soil must dispose of waste.
In January 2011 the EPA got the opportunity to walk its talk when it vetoed a permit that would have allowed the largest “mountaintop removal” mining operation in the history of West Virginia coal mining to go forward. Mountaintop removal is an aggressive form of coal mining that strips a mountain bare of vegetation and then blasts off the top of the mountain with explosives. It is the most destructive and polluting form of mining. Environmentalists praised the EPA for not only standing up to industry but also for saving some 2,000 forested mountaintop acres and nearly seven miles of riparian habitat while sparing surrounding communities from the effects of polluted land and water.
Meanwhile, environmentalists have been pushing Congress to pass the Clean Water Protection Act, a bill first introduced in 2009 that aims to protect fresh water supplies from mining contamination by sharply curtailing mountaintop removal. Green groups including Kentuckians for the Commonwealth, Appalachian Voices and the Sierra Club are lobbying Congress heavily to consider the bill sooner rather than later.
CONTACTS: SDWF, www.safewater.org ; Appalachian Voices, www.appvoices.org Kentuckians for the Commonwealth, www.kftc.org ; Sierra Club, www.sierraclub.org
In Spanish
Querido DiálogoEcológico: Entiendo que, entre otros problemas de la minería, como proporcionar carbón que amenaza calentar el clima y poner en peligro las vidas de mineros, es también un contaminador grave de agua. ¿Pueden explayar? -- Richard Moeller, Salt Lake City, UT
Las aguas servidas de las minas representan típicamente una sopa peligrosa de sulfuros acídicos, metales pesados tóxicos, acumulaciones de rocas y agua. Cuando estas aguas entran a los riachuelos y acuíferos, locales pueden matar a los organismos vivientes y convertir a las aguas locales anteriormente prístinas en peligrosas para beber o nadir.
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Los desastres mineros han acaparado muchos titulares ultimamente, pero las minas representan otra amenaza insidiosa que tiende a atraer poca atención de la prensa: contaminación de ambientes circundantes que, a su vez, amenaza la salud de las personas que viven en los alrededores. Los ecologistas están especialmente concernidos con la contaminación del agua a causa de las minas.
Las operaciones mineras utilizan cantidades grandes de agua dulce para procesar el mineral recuperado; el efluyente resultante es típicamente una sopa peligrosa de sulfuro ácido, metales pesados tóxicos, acumulaciones de piedra y agua—y que a menudo se deposita cerca en pilas grandes de desague natural donde puede contaminar la tierra y el agua por décadas. Cuando esta agua de desecho penetra riachuelos y acuíferos locales, puede matar organismos vivientes y hacer peligrosas las aguas locales anteriormente prístinas para nadar o beber.
La erosión aumentada de la tierra alrededor de las minas también lleva a la sedimentación excesiva cerca de vías navegables. Esto reduce la productividad de pesquerías al limitar la disponibilidad de fuentes de irrigación.
"La minería por su naturaleza consume, desvía y puede contaminar gravemente los recursos de agua," indica la organización sin fines lucrativos Safe Drinking Water Foundation (SWDF). "…La minería ha llegado a ser más mecanizada y por lo tanto capaz de manejar más material de piedra y mineral que antes," indica SWDF. "Por lo tanto, el desecho minero se ha multiplicado enormemente". El grupo advierte que "a medida que se desarrollen tecnologías para hacer la minería de minerales de grado inferior más provechosa, se podrá anticipar aún más desechos en el futuro".
Aquí en EEUU, el mayor reconocimiento de los problemas causados por la polución del agua (y otros tipos de contaminación) debidos a diversos tipos de minería hizo que la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) publicara normas mucho más rigurosas en abril de 2010 con respecto a cómo y donde las minas en suelo norteamericano deben deshacerse de desechos.
En enero 2011 la EPA tuvo la oportunidad de demostrar su nueva postura desafiante cuando negó un permiso que habría permitido la operación más grande de "removimiento de cima de montaña" en la historia de la minería del carbón en Virginia Occidental. La eliminación de la cumbre es una forma agresiva de minería de carbón que denuda una montaña de vegetación y a continuación vuela la parte superior de la montaña con explosivos. Es la forma más destructiva y contaminante de minería. Los ecologistas alabaron la EPA por no sólo parar a la industria sino también salvar unos 2.000 acres arbolados de cumbre y casi siete millas de hábitat ribereño, salvando también las comunidades circundantes de los efectos de tierra y agua contaminadas.
Mientras tanto, los ecologistas han estado empujando el Congreso para aprobar la Ley de Protección del Agua, un proyecto de ley introducido primero en 2009 que propone proteger los suministros de agua dulce de la contaminación minera al reducir en forma drástica la eliminación de cumbres. Grupos ecologistas como Kentuckians for the Commonwealth, Appalachian Voices y el Sierra Club están presionando fuertemente el Congreso para considerar este proyecto más temprano que más tarde.
CONTACTOS: SDWF, www.safewater.org ; Appalachian Voices, www.appvoices.org ; Kentuckians for the Commonwealth, www.kftc.org ; Sierra Club, www.sierraclub.org .
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