viernes, 6 de agosto de 2010

Global warming

Dear EarthTalk: The U.S. got socked with several major storms this past winter. Local weather reports never mentioned this as odd. But is it a sign of global warming? -- R.A. Forbes, via e-mail

“We must keep in mind the difference between climate and weather. Climate is the average of weather over at least three decades, which means that specific storms or even individual snowy winters, let alone other types of extreme weather, cannot be considered evidence of either the existence or nonexistence of global warming.

Image courtesy: “Tanya Liu, courtesy Flickr.”
Weather patterns and trends are notoriously unpredictable, varying due to a great many different inputs. While it’s true that snowier, stormier winters could be the result of global warming, many meteorologists believe that El Nino—a climate pattern involving warmer-than-usual sea temperatures across the tropical Pacific that affects weather all over the globe—is mainly to blame for this past winter’s ongoing white misery.

According to Joe Bastardi, a meteorologist with the Pennsylvania-based AccuWeather forecasting service, the current El Nino—they occur once every three to seven years—has been “very strong, prompting many major blizzards for the mid-Atlantic region.” By altering the intensity of the atmospheric jet stream, El Nino can force cold air from Northern Canada to push down into the United States, converting the moisture in clouds into falling snow as temperatures drop.

Bastardi believes that El Nino is exacerbating an already ongoing trend of cooling in the Pacific that is part of natural cyclical patterns of heating and cooling unrelated to global warming. “When you get an El Niño with a cold Pacific, you get crazy winters in the East,” he told National Geographic News.

Of course, global warming could also be playing a role, according to Amanda Staudt, a climate scientist with the National Wildlife Federation. “It’s hard to determine global warming’s effect on any particular storm, but it’s highly unusual to have these really large winter storms in one winter,” she says. “Oddball winter weather is yet another sign of how uncontrolled carbon pollution amounts to an unchecked experiment on people and nature.” Staudt reports that warmer temperatures cause more water to evaporate off the oceans and settle in clouds in the sky, where it eventually falls back to the Earth’s surface as rain or, if temperatures are low enough, snow.

The same types of atmospheric conditions have conspired at times to dump multiple feet of snow in the Great Lakes of the Midwest at unseasonable times. A 2003 study in the Journal of Climate found that as global temperatures have risen; the winter ice cover over the Great Lakes has decreased, leading in turn to more moisture in the atmosphere and snowier winters throughout the region. This is sometimes referred to as the “lake effect.”

Whether or not this past winter’s storms were exacerbated by global warming, scientists maintain that we must keep in mind the difference between climate and weather. According to the National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), climate is the average of weather over at least three decades, which means that specific storms or even individual snowy winters, let alone other types of extreme weather, cannot be considered evidence of either the existence or nonexistence of global warming.

CONTACTS: Accuweather, http://www.accuweather.com/ ; National Wildlife Federation, http://www.nwf.org/ ; Journal of Climate, http://journals.ametsoc.org/loi/clim ; National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), http://www.noaa.gov/

In Spanish:

Querido DiálogoEcológico: EEUU fue azotado por varias tormentas mayores este invierno pasado. Los informes sobre el tiempo local nunca mencionaron esta anomalía. ¿Pero es un signo del calentamiento climático? - R.A. Forbes, a través de email

“Debemos mantener en mente la diferencia entre clima y tiempo. Clima es el promedio del tiempo durante por lo menos tres décadas, lo que significa que tormentas específicas o inclusive inviernos con mucha nevazón, ni que hablar de otros tipos de tiempo extremo, no pueden considerarse como evidencia de la existencia o inexistencia del calentamiento global.”

Las pautas meteorológicas y tendencias son famosamente imprevisibles, variando como resultado de numerosos factores. Aunque es verdad que los inviernos con más nevazones y más tempestuosos podrían ser resultado del calentamiento climático, muchos meteorólogos creen que El Niño—un fenomeno climatológico que implica temperaturas oceánicas más tibias que las usuales a través del Pacífico tropical y que afecta el tiempo por todo el planeta—es principalmente la causa de esta "miseria blanca" prolongada durante el pasado invierno.

Según Joe Bastardi, un meteorólogo con el servicio de pronósticos del tiempo AccuWeather basado en Pennsylvania—la corriente de El Niño—que ocurre una vez cada tres a siete años—ha sido "muy fuerte, incitando muchas ventiscas serias para la región del Medioatlántico norteamericano". Al alterar la intensidad de la corriente atmosférica del Jet Stream ("corriente en chorro"), El Niño puede forzar aire frío del norte de Canadá a los Estados Unidos, convirtiendo la humedad de las nubes en nieve a medida que caen las temperaturas.

Bastardi cree que El Niño exacerba una tendencia ya progresiva de enfríamiento en el Pacífico que forma parte de pautas cíclicas naturales de calentamiento y enfríamiento no relacionadas con el calentamiento climático. "Cuando tenemos El Niño con un Pacífico frío, se nos dejan caer inviernos locos en el Este," declaró Bastardi a National Geographic News.

Por supuesto, el calentamiento climático también podría estar jugando un papel, según Amanda Staudt, un científico del clima con la National Wildlife Federation [Federación Nacional de Fauna]. "Es difícil determinar el efecto del calentamiento global en alguna tormenta particular, pero es sumamente excepcional tener estas tormentas realmente grandes en un invierno específico," dice ella. "El tiempo invernal excéntrico es otro signo más de como las magnitudes incontrolables de contaminación de carbón constituyen un experimento irresponsable con las personas y la naturaleza". Staudt informa que las temperaturas más cálidas causan que más agua se evapore de los océanos y que se asiente en las nubes, de donde finalmente cae de nuevo a la superficie terrestre como lluvia o, si temperaturas son suficientemente bajas, la nieve.

Los mismos tipos de condiciones atmosféricas han conspirado a veces para dejar caer múltiples pies de nieve en los Grandes Lagos del medio oeste en tiempos intempestivos. Un estudio de 2003 en el Journal of Climate [Diario del Clima] encontró que a medida que las temperaturas globales han subido, la cobertura de hielo invernal sobre los Grandes Lagos ha disminuido, introduciendo a su vez más humedad en la atmósfera e inviernos con mucho más nieve a través de la región. Esto se denomina a veces a como el "efecto del lago".

Si o no las tormentas del invierno pasado fueron exacerbadas por el calentamiento climático, los científicos mantienen que debemos tener presente la diferencia entre el clima y el tiempo. Según la Administración Nacional, Oceánica y Atmosférica (NOAA), el clima es el promedio de tiempo a través de por lo menos tres décadas, lo que significa que tormentas de nieve o inviernos específicos, ni que hablar de otros tipos de tiempo extremo, no pueden ser considerados como evidencia de la existencia o inexistencia del calentamiento climático.

CONTACTOS: Accuweather, http://www.accuweather.com/ ;
National Wildlife Federation, http://www.nwf.org/ ; Journal of Climate, http://journals.ametsoc.org/loi/clim ; National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), http://www.noaa.gov/

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