lunes, 1 de febrero de 2010

Human population and landscape changes affect migratory birds

Dear EarthTalk: How does growing human population, and its resultant landscape changes, affect the flight paths of migratory birds that might carry diseases? -- Ronnie Washines, Toppenish, WA

Pic courtesy: "Tom Brakefield, Getty Images."

As human population numbers grow, oceans of people seem to spread out into every conceivable environment—even the forests and estuaries used for eons by migratory birds as nutrient-rich stopovers on their longer annual journeys between feeding areas and birthing grounds.

Of course, more human development means fewer habitats suitable for such birds of passage (and other wildlife) as we “pave paradise…” and put up parking lots. But tired and hungry birds may not have the wherewithal or instinctual coding to seek out alternative resting areas, so they make do with habitat crowded and compromised by human incursion. Close proximity to avian life hasn’t presented too big of a problem for people in the past, but new concerns about the spread of bird flu (the H5N1 virus) via infected migratory birds (which presumably infect local populations of domestic birds) does have some scientists worried that persistent human expansion could indirectly lead to a disease pandemic of global proportions.

According to the World Health Organization (WHO), the role of migratory birds in spreading bird flu is not well understood, but we do know that wild waterfowl are a “natural reservoir” of mostly harmless H5 and H7 influenza A viruses. But recent research suggests that these viruses may be mutating into more “pathogenic” (disease producing) forms, such as H5N1 that can “jump the species barrier” and infect people and other animals. “Recent events make it likely that some migratory birds are now directly spreading the H5N1 virus in its highly pathogenic form,” reports WHO, adding that further spread to new areas is expected. It is unlikely that the bird flu making headlines a few years ago (the H5N1 strain), could lead to a human pandemic. The vast majority who got sick had direct contact with infected birds.

It could be that the very sprawl that increases our chances of catching bird flu—by bringing us and our poultry farms into closer contact with disease-bearing migratory birds—will protect us in the end. Humans have greatly altered the landscape for agricultural and industrial purposes and in creating urban settlements, points out wildlife biologist Kevin Kenow of the U.S. Geological Survey’s Upper Midwest Environmental Sciences Center. As such, it contains less of the kinds of habitat migrating birds prefer—wetlands, forests and prairies—and more of what adversely affects them, such as human development, urban and agricultural runoff, and other forms of habitat degradation. “Many migratory birds that once flourished are now absent in altered or degraded areas," he says.

Regardless of the risk, scientists have yet to develop a vaccine to protect against H5N1 in humans, but they are working on it. Those who remain concerned should always cook poultry to a temperature of at least 158 degrees Fahrenheit for 30 minutes (this heat kills the virus if it is present) and wash hands with soap and warm water frequently (always a good idea regardless). And look both ways before crossing the street: At present, at least, your chances of getting hit by a car are far greater than your chances of contracting bird flu.

CONTACTS: World Health Organization, http://www.who.int/; U.S. Geological Survey’s Upper Midwest Environmental Sciences Center, http://www.umesc.usgs.gov/.

Querido DiálogoEcológico: ¿Cómo afecta el crecimiento de la población humana, y sus cambios resultantes de paisaje, las trayectorias de vuelo de pájaros migratorios que quizás porten enfermedades? -- Ronnie Washines, Toppenish, WA

A medida que crece la población humana, virtualmente océanos de personas se esparcen por cada ambiente concebible—inclusive en los bosques y estuarios utilizados desde tiempo inmemorial por pájaros migratorios como estadías ricas en alimentos nutritivos durante sus viajes anuales entre áreas de alimentación y de partos.

Por supuesto, el desarrollo humano en expansión significa menos hábitats adecuados para tales aves transitorias (y otra fauna) a medida que "pavimentamos el paraíso…" y construímos parques de estacionamiento. Pero aves cansadas y hambrientas pueden carecer de los medios o reacciones instintivas para buscar áreas alternativas de descanso, así que ellas se arreglan con hábitat repletos y cedidos a la incursión humana. La proximidad a las aves silvestres no ha presentado un problema demasiado grande para los seres humanos en el pasado, pero nuevas preocupaciones acerca de la dispersión de la gripe aviaria (el virus H5N1) a través de pájaros migratorios infectados (que infecta presumiblemente poblaciones locales de pájaros domésticos) tiene a algunos científicos preocupados que la expansión humana persistente podría llevar indirectamente a una pandemia de proporciones globales.

Según la Organización Mundial de la Salud (WHO), el papel de los pájaros migratorios en la diseminación de la influenza aviaria no se comprende bien, pero sabemos que las aves acuáticas salvajes son una "reserva natural" en su mayor parte inocua de virus de gripe H5 y H7. Pero investigaciones recientes sugieren que estos virus pueden estarse mutando a líneas más "patógenas" (capaces de producir enfermedades), como H5N1 que "puede saltar la barrera de especies" e infectar a personas y otros animales. "Acontecimientos recientes hacen probable que algunos pájaros migratorios ahora estén esparciendo directamente el virus H5N1 en una forma sumamente patógena," informa WHO, agregando que se espera una diseminación a nuevas áreas. Es improbable que la gripe de pájaro que logró titulares hace algunos años (la cepa H5N1), pudiese llevar a una pandemia humana. La inmensa mayoría de los que se enfermaron tuvieron contacto directo con pájaros infectados.

Podría ser que la misma expansión descontrolada de la ciudad que aumenta nuestras oportunidades de contraer la gripe aviaria—al ponernos a nosotros y a nuestras granjas avícolas en contacto más estrecho con pájaros migratorios infectados—nos protegerá al fin. Los seres humanos han alterado mucho el paisaje por razones agrícolas e industriales y al crear poblaciones urbanas, señala el biólogo Kevin Kenow del Centro Superior de Ciencias Ambientales del Sondeo Geólogico Norteamericano. Como tal, contiene menos de las clases de hábitat que los pájaros migratorios prefieren—pantanos, bosques y praderas—y más de lo que los afecta adversamente, como el desarrollo humano, escorrentíos urbanos y agrícolas, y otras formas de degradación de hábitat. "Muchos pájaros migratorios que en otro tiempo prosperaban están ahora ausente en áreas alteradas o degradadas," indica él.

A pesar del riesgo, los científicos todavía no han desarrollado una vacuna para proteger a la humanidad contra el H5N1, pero están trabajando en ello. Los que siguen concernidos siempre deben cocinar aves caseras a una temperatura de por lo menos 158 grados Fahrenheit durante 30 minutos (este calor mata el virus si está presente) y lavarse las manos con jabón y agua caliente con frecuencia (siempre una idea buena). Y mira a ambos lados antes de cruzar la calle: En la actualidad, por lo menos, su probabilidad de ser arrollado por un carro es mucho más alta que su chance de contraer la gripe aviaria.

CONTACTOS: World Health Organization, http://www.who.int/; U.S. Geological Survey’s Upper Midwest Environmental Sciences Center, http://www.umesc.usgs.gov/.

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