Dear EarthTalk: Isn’t the interest in electric cars and plug-in hybrids going to spur increased reliance on coal as a power source? And is that really any better than gasoline/oil in terms of environmental impact? - Graham Rankin, via e-mail
“Coal-fired power -- albeit indirectly used -- will be the predominant source of electricity used by electric and plug-in hybrid cars unless we begin to source significant amounts of electricity from renewables like solar and wind.
Pictured: the Virginia Electric and Power Company's Mount Storm coal-fired power plant in northeastern West Virginia.”
"Rich McGervey, courtesy Flickr."
It’s true that the advent of electric cars is not necessarily a boon for the environment if it means simply trading our reliance on one fossil fuel—oil, from which gasoline is distilled—for an even dirtier one: coal, which is burned to create electricity.
The mining of coal is an ugly and environmentally destructive process. And, according to the U.S. Environmental Protection Agency (EPA) burning the substance in power plants sends some 48 tons of mercury—a known neurotoxin—into Americans’ air and water every year (1999 figures, the latest year for which data are available). Furthermore, coal burning contributes some 40 percent of total U.S. carbon dioxide emissions. The National Academy of Sciences (NAS) estimates that coal mining and burning cause a whopping $62 billion worth of environmental damage every year in the U.S. alone, not to mention its profound impact on our health.
Upwards of half of all the electricity in the U.S. is derived from coal, while the figure is estimated to be around 70 percent in China. As for Europe, the United Kingdom gets more than a third of its electricity from coal, while Italy plans to double its consumption of coal for electricity production within five years to account for some 33 percent of its own electricity needs. Several other countries in Europe, where green sentiment runs deep but economics still rule the roost, are also stockpiling coal and building more power plants to burn it in the face of an ever-increasing thirst for cheap and abundant electricity.
On top of this trend, dozens of electric and plug-in hybrid cars are in the works from the world’s carmakers. It stands to reason that, unless we start to source significant amounts of electricity from renewables (solar, wind, etc.), coal-fired plants will not only continue but may actually increase their discharges of mercury, carbon dioxide and other toxins due to greater numbers of electric cars on the road.
Some analysts expect that existing electricity capacity in the U.S. may be enough to power America’s electric cars in the near future, but don’t rule out the possibility of new coal plants (or new nuclear power plants) coming on line to fill the gap if we don’t make haste in developing alternate sources for generating electrical energy. And while proponents of energy efficiency believe we can go a long way by making our electric grids “smarter” through the use of monitoring technologies that can dole out power when it is most plentiful and cheap (usually the middle of the night), others doubt that existing capacity will be able to handle the load placed on even an intelligent “smart grid” distribution network.
Environmentalists—as well as many politicians and policymakers—maintain that the only viable, long-term solution is to spur on the development of renewable energy sources. Not long ago, the concept of an all-electric car charged up by solar power or some other form of clean renewable energy was nothing but a pipe dream. Today, though, such a scenario is within the realm of the possible, but only if everyone does their part to demand that our utilities bring more green power on line.
CONTACTS: EPA/mercury emissions; www.epa.gov/ttn/atw/utility/hgwhitepaperfinal.pdf
In Spanish:
Querido DiálogoEcológico: ¿No está el interés en coches eléctricos e híbridos enchufables incitando más dependencia en el carbón como fuente de electricidad? ¿Y es eso realmente mejor que el impacto ambiental de la gasolina/petróleo? - Graham Rankin, a través de email
“La electricidad a base de carbon -- aunque usada indirectamente -- será la fuente predominante de electricidad utiizada por los coches eléctricos e híbridos enchufables a menos que comencemos a producir enormes cantidades de energía de renovables como sol y viento. Foto: La central eléctrica Mount Storm a base de carbón de la Virginia Electric and Power Company en el noreste de West Virginia.”
Es verdad que la venida de carros eléctricos no es necesariamente una bendición para el ambiente si significa cambiar simplemente nuestra dependencia en un hidrocarburo―el petróleo, del cuál se destila la gasolina―por una fuente de energía aun más sucia: el carbón, que se quema para crear electricidad.
La minería de carbón es un proceso feo y ambientalmente destructivo. Y, según la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU (EPA) quemando la sustancia en centrales eléctricas envía unas 48 toneladas de mercurio―una neurotoxina conocida―al aire y el agua de los norteamericanos todos los años (cifras de 1999, el último año en que los datos están disponibles). Además, la quema de carbón contribuye aproximadamente 40 por ciento de las emisiones totales de bióxido de carbono en EEUU. La Academia Nacional de Ciencias (NAS) estima que la minería del carbón y la quema del mismo causan $62 mil millones de dólares de daño ambiental todos los años solamente en los EEUU, sin mencionar su impacto profundo en nuestra salud.
Más de la mitad de toda la electricidad de EEUU es derivada del carbón, aunque se estima que la cifra está alrededor del 70 por ciento en China. En cuanto a Europa, el Reino Unido consigue más de la tercera parte de su electricidad del carbón, mientras que Italia planea doblar su consumo de carbón en la producción de electricidad dentro de cinco años para cubrir un 33 por ciento de sus propias necesidades de electricidad. Varios otros países en Europa, donde el sentimiento verde corre profundo pero la economía todavía lleva la batuta, también almacenan carbón y construyen más centrales eléctricas para quemarlo ante una sed creciente de electricidad barata y abundante.
Complicando esta tendencia, se ven docenas de carros eléctricos y enchufables híbridos en desarrollo por los fabricantes de coches del mundo. Es lógico por lo tanto que, a menos que comencemos a usar cantidades significativas de electricidad de fuentes renovables (solar, viento, etc.), las plantas que queman carbón no sólo continuarán pero podrán aumentar realmente sus descargas de mercurio, bióxido de carbono y otras toxinas debido al número más alto de automóviles eléctricos en los caminos.
Algunos analistas esperan que la capacidad existente de electricidad en EEUU pueda ser suficiente para alimentar los carros eléctricos de América en el futuro próximo, pero no se debe excluir la posibilidad de nuevas plantas de carbón (ni nuevas centrales nucleares) viniendo en línea para llenar el vacío si nosotros no nos apuramos para proveer fuentes alternas de energía eléctrica. Y aunque los defensores de la energía eficiente creen que podemos ir muy lejos haciendo nuestras redes eléctricas más "listas" usando tecnologías de vigilancia que pueden repartir la electricidad cuando esté más abundante y barata (generalmente en el medio de la noche), otros dudan que exista la capacidad para manejar la carga colocada en aún una red de distribución inteligente “lista”.
Los ecologistas―así como muchos políticos y los responsables de formular política―mantienen que la único solución viable y a largo plazo es de apurar el desarrollo de fuentes renovables de energía. No hace mucho tiempo, el concepto de un carro totalmente eléctrico y cargado por energía solar o alguna otra forma de energía renovable limpia era casi un sueño imposible. Hoy, sin embargo, tal noción está dentro del reino de lo posible, pero sólo si todos ponen de su parte para demandar que nuestras empresas de electricidad pongan más energía “verde” en línea.
CONTACTOS: EPA/mercury emissions; www.epa.gov/ttn/atw/utility/hgwhitepaperfinal.pdf