viernes, 6 de agosto de 2010

Oil leak threat

Dear EarthTalk: Is it true that the BP oil leak is much more of an environmental threat than previous spills from tankers, and if so why?- Nathan Gore, Pawtucket, RI

“Some eight million “flex-fuel” vehicles, which can run on either regular gasoline or so-called E85, a mix of 85 percent ethanol and 15 percent gasoline, are now on U.S. roads. Unfortunately, most of them are nowhere near an ethanol filling station, so they are just running on conventional gasoline. Pictured: an E85 pump in Parker, Arizona.”

Image courtesy: “Chazz Layne, courtesy Flickr.”
No one knows for sure how the ongoing oil catastrophe in the Gulf of Mexico will affect the deep sea ecosystem, but scientists are not optimistic. Oil from what is now considered the nation’s second largest spill, 1989’s Exxon Valdez mishap, slicked 11,000 square miles of ocean surface and 1,300 miles of pristine Alaskan coastline while killing hundreds of thousands of birds and marine mammals and untold numbers of fish and fish eggs. But the impacts of the ongoing Deepwater Horizon leak in the Gulf may be far worse given that much of the loose oil is actually in the water column, not on the surface. In fact, researchers from the National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) recently detected huge deepwater plumes of dispersed oil up to 30 miles long, seven miles wide and hundreds of feet thick.

Why would an undersea spill be worse? One outcome could be the expansion in size and extension in time of a seasonal “dead zone” that already plagues the Gulf of Mexico as a result of industrial pollutants and agricultural run-off from the Mississippi River. While huge Gulf of Mexico algae blooms help to naturally clean up the Midwest’s factory emissions and wasted fertilizer, such a process doesn’t come without a cost to the ecosystem. Every spring, in a condition known as hypoxia, this fast growing algae depletes large sections of the Gulf's water column of the oxygen crucial for other life forms to survive there. The BP oil spill is likely to exacerbate this problem, as natural oil-eating microbes swarming over undersea oil plumes could cause or add to hypoxic conditions in otherwise teeming swaths of the Gulf.

According to NOAA researcher Samantha Joye, the undersea oil poses a direct threat to large marine wildlife, such as fish, sharks and cetaceans, and also to the tiny stuff, including zooplankton, shrimp, corals, crabs and worms. By endangering these latter populations, the foundation of the marine food chain, the oil could have chronic long-term effects on the wider Gulf ecosystem, including the industries—more shrimp and oysters come from the Gulf than anywhere else in the world—that rely on them.

Another worry is how the chemical dispersants being used to break up the undersea oil will impact the Gulf's ecosystems and inhabitants. The dispersant’s ingredients are a trade secret closely held by the company that makes it, and therefore have not been vetted by marine biologists to determine their safety for use in such a large application. It also remains to be seen what impact the tiny oil droplets left in the dispersant's wake will have. It could actually be worse for the undersea environment to break the oil up into tiny droplets (which is done to try to make it easier for microbes to digest them).

Beyond all these undersea environmental effects, the oil is also starting to wash up into coastal wetlands already besieged by overdevelopment, pollution and the lingering effects of Hurricane Katrina. If there can be any silver lining to this catastrophe, it may be that it is the wake-up call we’ve needed to start moving more rapidly away from fossil fuels to a clean, renewable energy future. For starters, we can all begin to reduce our own oil consumption and opt for clean and green energy sources whenever possible.

CONTACTS: Deepwater Horizon Response, http://www.deepwaterhorizonresponse.com/ ; NOAA, http://www.noaa.gov/

In Spanish:

Querido DiálogoEcológico: ¿Es verdad que el derrame de petróleo de BP es mucho más serio como amenaza ambiental que los derrames de petróleo anteriores, y si ése es el caso por qué?- Nathan Gore, Pawtucket, RI

“Unos ocho millones de vehículos tipo "combustible flexible" que pueden operar con gasolina normal o el llamado E85, una mezcla de 85 por ciento de etanol y 15 por ciento gasolina, se ven actualmente en las carreteras de EE.UU. Desgraciadamente, la mayoría de ellos se encuentran muy lejos de una gasolinera de etanol, de modo que funcionan sencillamente con la gasolina convencional. Imagen: Una bomba gasolinera E85 en Parker, Arizona.”

Nadie sabe con certeza cómo afectará la catástrofe progresiva de petróleo en el Golfo de México el ecosistema profundo del mar, pero los científicos no están optimistas. El aceite de lo que ahora se considera como el segundo mayor derrame de la nación, el desastre del Exxon Valdez en 1989, embardunó 11.000 millas cuadradas de superficie de océano y 1.300 millas de litoral prístino de Alaska, matando cientos de miles de pájaros y mamíferos marinos y cantidades inauditas de huevos de pescados y peces. Pero el impacto del derrame del Deepwater Horizon en el Golfo puede ser mucho peor dado que mucho de ese petróleo suelto está realmente en la columna de agua, no en la superficie. De hecho, los investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) discernieron recientemente plumas de petróleo dispersado a grandes profundidas, de hasta 30 millas de largo, siete millas de ancho y cientos de pies en grosor.

¿Por qué sería peor un derrame submarino? Un resultado podría ser la expansión en el tamaño, extensión y duración de una "zona muerta" estacional que ya plaga el Golfo de México a consecuencia de contaminantes industriales y escorrentía agrícola del Río Mississippi. Aunque inmensas floraciones de algas en el Golfo de México ayudan a limpiar naturalmente las emisiones de fábricas del Medio oeste y de abonos malgastados, tal proceso no viene sin un costo al ecosistema. Cada primavera, en una condición conocida como hipoxia, este crecimiento desaforado de las algas agota el oxígeno de secciones grandes de la columna de agua del Golfo de Mexico, oxígeno crucial para la sobrevivencia de otras formas de vida. El escape de petróleo de BP es probable que agrave este problema, ya que los microbios petróleofagos naturales que pululan en estas plumas submarinas de petróleo podrían causar o añadir problemas a las condiciones hipóxicas existentes en el Golfo.

Según la investigadora de NOAA Samantha Joye, el petróleo submarino representa una amenaza directa a la flora y fauna marina grande, como peces, tiburones y cetáceos, y también al material diminuto, inclusive el zooplankton, el camarón, los corales, los cangrejos y los gusanos. Al poner en peligro estas últimas poblaciones, la base de la cadena alimenticia marina, el petróleo podría tener efectos crónicos a largo plazo en el ecosistema general del Golfo, inclusive afectando las industrias que dependen de él—vienen más camarones y ostras del Golfo que de cualquiera otra parte del mundo.

Otra preocupación es cómo los dispersantes químicos siendo utilizados en este momento en el Golfo para separar el petróleo submarino afectarán los ecosistemas del Golfo y sus habitantes. Los ingredientes del dispersante son un secreto comercial celosamente protegido, y por lo tanto no ha sido examinado ni aprobado por biólogos marinos para determinar su seguridad en casos de aplicación masivas. También está por verse el efecto que tendrán las gotitas diminutas de petróleo producidas por el dispersante. Podría ser realmente peor para el ambiente submarino separar el petróleo en gotitas diminutas (que se hace para hacerlo más digerible por los microbios).

Más allá de todos estos efectos ambientales submarinos, el petróleo también comienza a aparecer en pantanos costeros frágiles ya en aprietos por el superdesarrollo, la contaminación y los efectos persistentes del Huracán Katrina. Si esta catástrofe tiene algún consuelo, es que podría ser el zacudón para despabilar a la nación de que debe alejarse más rápidamente de los hidrocarburos hacia un futuro de energía limpio y renovable. Para empezar, todos nosotros podemos comenzar a reducir nuestro propio consumo de petróleo y optar por fuentes limpias y verdes de energía donde estas sean posibles.

CONTACTOS: Deepwater Horizon Response, http://www.deepwaterhorizonresponse.com/ ; NOAA, http://www.noaa.gov/

Link between increased volcanic activity and global warming

Dear EarthTalk: Is there any link between increased volcanic activity—such as the recent eruptions in Iceland, Alaska and elsewhere—and global warming? Ellen McAndrew, via e-mail

“The amount of greenhouse gases emitted by even a large and ongoing volcanic eruption is miniscule compared to industrial and automotive carbon emissions caused by human activity. Global warming can, however, help trigger volcanic eruptions by melting the ice that keeps rock from turning to magma. Pictured: The Arenal Volcano in Costa Rica, one of the 10 most active volcanoes in the world.”

Image courtesy: “Frank Kehren, courtesy Flickr."
It’s impossible to pin isolated natural phenomena—like an individual volcanic eruption—on global warming, but some researchers insist that there is a correlation between the two in some instances.

“Global warming melts ice and this can influence magmatic systems,” reports Freysteinn Sigmundsson of the Nordic Volcanological Centre at the University of Iceland. Her research with Carolina Pagli of the University of Leeds in England suggests that rocks cannot expand to turn into magma—the primary “feedstock” for volcanic eruptions—when they are under the pressure of a big ice cap pushing down on them. As the theory goes, melting ice caps relieve that pressure and allow the rocks to become magma. This in turn increases the chances of larger and/or more frequent eruptions in affected regions, from Iceland to Alaska to Patagonia to Antarctica.

As for Iceland specifically, the eruption of Mt. Ejyafjallajökull that shut down some air travel for weeks this past spring cannot be blamed on changing climate: That volcano lies under a relatively small icecap which would not exert enough pressure to affect the creation of magma. But Sigmundsson and Pagli found that the melting of about a tenth of Iceland’s biggest icecap, Vatnajokull, over the last century caused the land to rise an inch or so per year and led to the growth of an underground mass of magma measuring a third of a cubic mile. Similar processes, they say, led to a surge in volcanic eruptions in Iceland at the end of the last ice age, and similarly increased volcanic activity is expected to occur there in the future.

On the flip side, volcanic eruptions can exacerbate the ongoing effects of climate change: Already retreating glaciers can lose all their ice when something below them blows. Of course, many volcanoes around the world are not subject to pressure from ice caps, and scientists stress that there is little if any evidence linking global warming to eruptions in such situations.

Some have theorized that large volcanic eruptions contribute to global warming by spewing large amounts of carbon dioxide and other greenhouse gases into the stratosphere. But the amount of greenhouse gases emitted by even a large and ongoing volcanic eruption is but a drop in the bucket in comparison to our annual output of industrial and automotive carbon emissions.

According to the U.S. Geological Survey, greenhouse gas emissions from volcanoes make up less than one percent of those generated by human endeavors. Also, ash clouds and sulfur dioxide released from volcanoes shield some sunlight from reaching the Earth and as such can have a cooling effect on the planet. The 1991 eruption of Mt. Pinatubo in the Philippines—a much larger eruption than what occurred recently in Iceland—caused an average cooling of half a degree centigrade worldwide during the following year. Regardless, single volcanic eruptions, even if they last for weeks or months, are unlikely to send enough gas or ash up into the skies to have any long term effect on the planet’s climate.

CONTACTS: Nordic Volcanological Centre at the University of Iceland, www2.norvol.hi.is; U.S. Geological Survey, http://www.usgs.gov/ .

In Spanish:

Querido DiálogoEcológico: ¿Hay algún lazo entre la creciente actividad volcánica—como las erupciones recientes en Islandia, Alaska y otras partes—y el calentamiento climático? - Ellen McAndrew, a través de email

“La cantidad de gases invernadero emitidos por incluso una erupción volcánica grande y continua es minúscula comparada con las emisiones de carbón industriales y automotoras causadas por las actividades humanas. El calentamiento global puede, sin embargo, causar erupciones volcánicas al derretir el hielo que impide que las rocas se tornen magma. FOTO: El Volcán Arenal en Costa Rica, uno de los 10 volcanes meas activos del mundo.”


Es imposible atribuir fenómenos naturales aislados—como una erupción volcánica individual—al calentamiento climático, pero algunos investigadores insisten que existe una correlación entre los dos en algunos casos.

"El calentamiento climático funde el hielo y esto puede influir sistemas magmaticos," informa Freysteinn Sigmundsson del Nordic Volcanological Centre en la Universidad de Islandia. Su investigación con Carolina Pagli de la Universidad de Leeds en Inglaterra sugiere que las piedras no pueden expandirse para volverse magma—el "material básico" de erupciones volcánicas—cuando están bajo la presión de una capa grande de hielo que las aprieta. Según la teoría, el derretimiento de las capas de hielo alivia esa presión y permite que las piedras se conviertan en magma. Esto a su vez aumenta las oportunidades de erupciones más grandes y/o más frecuentes en regiones afectadas, de Islandia a Alaska a Patagonia a la Antártida.

En cuanto a Islandia específicamente, la erupción de Monte. Ejyafjallajökull que canceló los viajes por avión por varias semanas la primavera pasada no puede ser culpado por el cambio del clima: El volcán yace bajo un casquete de hielo relativamente pequeño que no ejercería suficiente presión para afectar la creación de magma. Pero Sigmundsson y Pagli encontraron que al fundirse cerca de un décimo del casquete de hielo más grande de Islandia, Vatnajokull, durante el último siglo causó que la tierra subiera una pulgada ahí por año y llevara al crecimiento de una masa subterránea de magma de un tercio de milla cúbica. Procesos semejantes, dicen ellos, llevaron a una oleada de erupciones volcánicas en Islandia a fines de la última edad de hielo, y una mayor actividad volcánica similar se espera que ocurra allí en el futuro.

Por otro lado, las erupciones volcánicas pueden exacerbar los efectos progresivos del cambio de clima: Los glaciares ya en retirada pueden perder todo su hielo cuando sople algo debajo de ellos. Por supuesto, muchos volcanes alrededor del mundo no están sujetos a presiones de capas de hielo, y los científicos enfatizan que hay poca o ninguna evidencia que ligue el calentamiento climático a las erupciones en tales situaciones.

Algunos han teorizado que las erupciones volcánicas grandes contribuyen al calentamiento climático ya que arrojan cantidades grandes de bióxido de carbono y otros gases invernaderos en la estratósfera. Pero la cantidad de gases invernaderos emitidos por aún una erupción volcánica grande y progresiva es solamente una gota en el océano con respecto a nuestra producción anual de emisiones de carbón industriales y automotoras.

Según el U.S. Geological Survey, las emisiones de gas invernadero de volcanes representan menos que uno por ciento de los engendrados por las actividades humanas. También, las nubes de ceniza y bióxido de azufre descargadas por los volcanes impiden que algo de la luz solar alcance la Tierra y como tal puede tener un efecto deenfriamiento en el planeta. La erupción del Monte Pinatubo en las Filipinas en 1991—una erupción mucho más grande que lo que ocurrió recientemente en Islandia—causó un enfriamiento promedio de medio grado centígrado alrededor del mundo durante el año siguiente. Pero no importa de como se den, las erupciones volcánicas individuales, aunque duren semanas o meses, es poco probable que puedan enviar suficiente gas o ceniza a los cielos como para tener algún efecto a largo plazo en el clima del planeta.

CONTACTOS: Nordic Volcanological Centre at the University of Iceland, www2.norvol.hi.is; U.S. Geological Survey, www.usgs.gov.

Global warming

Dear EarthTalk: The U.S. got socked with several major storms this past winter. Local weather reports never mentioned this as odd. But is it a sign of global warming? -- R.A. Forbes, via e-mail

“We must keep in mind the difference between climate and weather. Climate is the average of weather over at least three decades, which means that specific storms or even individual snowy winters, let alone other types of extreme weather, cannot be considered evidence of either the existence or nonexistence of global warming.

Image courtesy: “Tanya Liu, courtesy Flickr.”
Weather patterns and trends are notoriously unpredictable, varying due to a great many different inputs. While it’s true that snowier, stormier winters could be the result of global warming, many meteorologists believe that El Nino—a climate pattern involving warmer-than-usual sea temperatures across the tropical Pacific that affects weather all over the globe—is mainly to blame for this past winter’s ongoing white misery.

According to Joe Bastardi, a meteorologist with the Pennsylvania-based AccuWeather forecasting service, the current El Nino—they occur once every three to seven years—has been “very strong, prompting many major blizzards for the mid-Atlantic region.” By altering the intensity of the atmospheric jet stream, El Nino can force cold air from Northern Canada to push down into the United States, converting the moisture in clouds into falling snow as temperatures drop.

Bastardi believes that El Nino is exacerbating an already ongoing trend of cooling in the Pacific that is part of natural cyclical patterns of heating and cooling unrelated to global warming. “When you get an El Niño with a cold Pacific, you get crazy winters in the East,” he told National Geographic News.

Of course, global warming could also be playing a role, according to Amanda Staudt, a climate scientist with the National Wildlife Federation. “It’s hard to determine global warming’s effect on any particular storm, but it’s highly unusual to have these really large winter storms in one winter,” she says. “Oddball winter weather is yet another sign of how uncontrolled carbon pollution amounts to an unchecked experiment on people and nature.” Staudt reports that warmer temperatures cause more water to evaporate off the oceans and settle in clouds in the sky, where it eventually falls back to the Earth’s surface as rain or, if temperatures are low enough, snow.

The same types of atmospheric conditions have conspired at times to dump multiple feet of snow in the Great Lakes of the Midwest at unseasonable times. A 2003 study in the Journal of Climate found that as global temperatures have risen; the winter ice cover over the Great Lakes has decreased, leading in turn to more moisture in the atmosphere and snowier winters throughout the region. This is sometimes referred to as the “lake effect.”

Whether or not this past winter’s storms were exacerbated by global warming, scientists maintain that we must keep in mind the difference between climate and weather. According to the National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), climate is the average of weather over at least three decades, which means that specific storms or even individual snowy winters, let alone other types of extreme weather, cannot be considered evidence of either the existence or nonexistence of global warming.

CONTACTS: Accuweather, http://www.accuweather.com/ ; National Wildlife Federation, http://www.nwf.org/ ; Journal of Climate, http://journals.ametsoc.org/loi/clim ; National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), http://www.noaa.gov/

In Spanish:

Querido DiálogoEcológico: EEUU fue azotado por varias tormentas mayores este invierno pasado. Los informes sobre el tiempo local nunca mencionaron esta anomalía. ¿Pero es un signo del calentamiento climático? - R.A. Forbes, a través de email

“Debemos mantener en mente la diferencia entre clima y tiempo. Clima es el promedio del tiempo durante por lo menos tres décadas, lo que significa que tormentas específicas o inclusive inviernos con mucha nevazón, ni que hablar de otros tipos de tiempo extremo, no pueden considerarse como evidencia de la existencia o inexistencia del calentamiento global.”

Las pautas meteorológicas y tendencias son famosamente imprevisibles, variando como resultado de numerosos factores. Aunque es verdad que los inviernos con más nevazones y más tempestuosos podrían ser resultado del calentamiento climático, muchos meteorólogos creen que El Niño—un fenomeno climatológico que implica temperaturas oceánicas más tibias que las usuales a través del Pacífico tropical y que afecta el tiempo por todo el planeta—es principalmente la causa de esta "miseria blanca" prolongada durante el pasado invierno.

Según Joe Bastardi, un meteorólogo con el servicio de pronósticos del tiempo AccuWeather basado en Pennsylvania—la corriente de El Niño—que ocurre una vez cada tres a siete años—ha sido "muy fuerte, incitando muchas ventiscas serias para la región del Medioatlántico norteamericano". Al alterar la intensidad de la corriente atmosférica del Jet Stream ("corriente en chorro"), El Niño puede forzar aire frío del norte de Canadá a los Estados Unidos, convirtiendo la humedad de las nubes en nieve a medida que caen las temperaturas.

Bastardi cree que El Niño exacerba una tendencia ya progresiva de enfríamiento en el Pacífico que forma parte de pautas cíclicas naturales de calentamiento y enfríamiento no relacionadas con el calentamiento climático. "Cuando tenemos El Niño con un Pacífico frío, se nos dejan caer inviernos locos en el Este," declaró Bastardi a National Geographic News.

Por supuesto, el calentamiento climático también podría estar jugando un papel, según Amanda Staudt, un científico del clima con la National Wildlife Federation [Federación Nacional de Fauna]. "Es difícil determinar el efecto del calentamiento global en alguna tormenta particular, pero es sumamente excepcional tener estas tormentas realmente grandes en un invierno específico," dice ella. "El tiempo invernal excéntrico es otro signo más de como las magnitudes incontrolables de contaminación de carbón constituyen un experimento irresponsable con las personas y la naturaleza". Staudt informa que las temperaturas más cálidas causan que más agua se evapore de los océanos y que se asiente en las nubes, de donde finalmente cae de nuevo a la superficie terrestre como lluvia o, si temperaturas son suficientemente bajas, la nieve.

Los mismos tipos de condiciones atmosféricas han conspirado a veces para dejar caer múltiples pies de nieve en los Grandes Lagos del medio oeste en tiempos intempestivos. Un estudio de 2003 en el Journal of Climate [Diario del Clima] encontró que a medida que las temperaturas globales han subido, la cobertura de hielo invernal sobre los Grandes Lagos ha disminuido, introduciendo a su vez más humedad en la atmósfera e inviernos con mucho más nieve a través de la región. Esto se denomina a veces a como el "efecto del lago".

Si o no las tormentas del invierno pasado fueron exacerbadas por el calentamiento climático, los científicos mantienen que debemos tener presente la diferencia entre el clima y el tiempo. Según la Administración Nacional, Oceánica y Atmosférica (NOAA), el clima es el promedio de tiempo a través de por lo menos tres décadas, lo que significa que tormentas de nieve o inviernos específicos, ni que hablar de otros tipos de tiempo extremo, no pueden ser considerados como evidencia de la existencia o inexistencia del calentamiento climático.

CONTACTOS: Accuweather, http://www.accuweather.com/ ;
National Wildlife Federation, http://www.nwf.org/ ; Journal of Climate, http://journals.ametsoc.org/loi/clim ; National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), http://www.noaa.gov/

Milk in bags and being green friendly

Dear EarthTalk: I've been hearing about the popularity of milk sold in bags (as opposed to plastic or cardboard cartons) in India, Europe and Canada. What are the environmental advantages to milk in bags, and do you think it will catch on in the U.S.? And what other options are out there for milk drinkers trying to be green? - Paul Howe, San Francisco, CA

“Plastic milk bags are popular in many parts of Europe, Latin America and India and are catching on in Canada, South Africa and China. They use 75 percent less plastic than similar capacity plastic jugs, are made of easily recycled high-density polyethylene, and can be rinsed out and tossed in with other recycling.

Image courtesy: Ilan Costica, Wikipedia
Pictured: an Israeli plastic milk bag.”

It’s true that plastic milk bags—not the cartons or jugs we are used to here in the U.S.—are de rigueur in many parts of Europe, Latin America and India and are catching on fast in Canada, South Africa, China and elsewhere. They typically hold a liter of milk and are sold in three-packs. Most people snip off a corner of the milk bag and keep it upright in a pitcher in the fridge. When the last drop has been used up, the bags, which are made out of easily recycled high-density polyethylene, can be rinsed out and tossed in with other recycling. Best of all, they use 75 percent less plastic than similar capacity plastic milk jugs.

The fact that milk bags are easy to recycle and use much less plastic (and as such are inexpensive) may be a big part of the reason for their popularity all over the world. They are more popular than ever in Great Britain today amid concerns that plastic milk jugs there are not being recycled at adequate levels. At least two of the UK’s largest grocery chains have switched over to milk bags in the last two years.

Of course, detractors point out that milk bags are not as sturdy as plastic jugs—they can puncture or burst if too much pressure is applied. Also, they do not stand upright like harder containers and cannot be sealed once snipped open—and are thus more prone to spilling. Perhaps for these reasons, milk bags are losing market share in many regions of the former Soviet bloc, where they were for years the most common packaging for milk. Some analysts cite the so-called “lower shelf appeal” of milk bags as the reason, which might have something to do with why U.S. supermarkets haven’t yet been eager to embrace them.

Of course, paper/cardboard (half-gallon) milk containers are also relatively friendly to the environment, especially if the empty boxes are worked into compost either at the residential or municipal level, or rinsed well and recycled. They tend to be more expensive than plastic jugs, though, as they cost more to make. Several companies are working on ways to employ recycled paper and cardboard into larger milk jugs while keeping costs comparable to inexpensive plastic jugs. And while most of us no longer employ milk delivery services to our homes, the glass bottles that they use (yes they still exist!)—and take back for reuse—may be the ultimate in eco-friendly milk storage, although driving the milk around and washing all the glass bottles are not the most eco-friendly activities.

Perhaps the modern-day version of the milkman is the herd share, whereby regular folks contribute annually or monthly to a local dairy farm in exchange for a gallon of milk fresh from the cow every week. Many of the herd shares offered these days feature organic milk from grass-fed cows, giving eco-conscious consumers a way to help keep small farmers alive while enjoying milk they know is safe and healthy. To find a herd share to join in your area, check out the Local Chapters website page of the Weston A. Price Foundation, a charity that works to disseminate the research of whole foods nutrition pioneer Dr. Weston Price.

CONTACTS: Weston A. Price Foundation, http://www.westonaprice.org/ ; Farm-to-Consumer Legal Defense Fund, http://www.ftcldf.org/

In Spanish:

Querido DiálogoEcológico: He estado oyendo mucho acerca de la popularidad de la leche vendida en bolsas (en comparación con cartones de plástico o cartón) en India, Europa y Canadá. ¿Cuáles son las ventajas ambientales para la leche en bolsas, y creen Uds. que se popularizará en EEUU? ¿Y qué otras opciones existen ahí para bebedores de leche que tratan de ser "verdes"?- Paul Howe, San Francisco, CA

“Las bolsitas de leche de plástico son populares en muchas partes de Europa, Iberoamérica e India y se están popularizando en Canadá, Sudáfrica y China. Usan 75 por ciento menos plástico que las jarritas equivalentes de plástico, son hechas de polietileno de alta densidad fácilmente reciclado, y se pueden lavar y botar con otros artículos de reciclaje.

Es verdad que leche en bolsas plásticas—no los cartones ni jarras que utilizamos aquí en los EE.UU.—son de rigor en muchas partes de Europa, Iberoamérica e India y se están popularizando en Canadá, Sudáfrica, China y otras partes. Típicamente contienen un litro de leche y son vendidas en paquetes de tres. La mayoría de las personas cortan una esquina de la bolsa de leche y la mantienen vertical en un cántaro en el refrigerador. Cuando la última gota ha sido agotada, las bolsas, que son hechas de polietileno de alta densidad fácilmente recicladas, pueden ser lavadas y tiradas junto con otros ítems a reciclar. Pero lo mejor de todo es que utilizan 75 por ciento menos plástico que las jarritas para la leche equivalentes.

El hecho que las bolsas de leche son fáciles de reciclar y utilizan mucho menos plástico (y como tal son más económicas) puede ser una razón grande de su popularidad por todo el mundo. Son más populares que nunca en Gran Bretaña hoy en medio de preocupaciones que las jarritas plásticas para la leche no son recicladas a niveles adecuados. Por lo menos dos de las cadenas más grandes de supermercados del RU han adoptado las bolsas de leche en los últimos dos años.

Por supuesto, los detractores indican las bolsitas de leche no son tan firmes como las jarras plásticas—pueden ser pinchadas o pueden estallar si se aplica demasiada presión. También, las mismas no se paran verticalmente como los contenedores más duros y no pueden ser selladas una vez que se han abierto—y son así más propensas a derrames. Quizás por estas razones, las bolsas de leche están perdiendo sus cuotas de mercado en muchas regiones del antiguo bloque soviético, donde fueron durante años el envase más común para la leche. Algunos analistas citan el llamado efecto de "atracción de los estantes más bajos" de las bolsas de leche como la razón, que quizás tenga algo que ver con el por qué los supermercados de EE.UU. todavía no se ven ansiosos de abrazarlas.

Por supuesto, los contenedores de papel/cartón (de medio galón) para la leche son también relativamente amistosos hacia el ambiente, especialmente si las cajitas vacías se "trabajan" para abono al nivel residencial o municipal, o lavadas bien y recicladas. Tienden a ser más caras que las jarras plásticas, sin embargo, ya que cuesta más fabricarlas. Varias compañías están trabajando de modo que se pueda emplear papel y cartón reciclados en jarritas más grandes para la leche, al mismo tiempo que se mantienen costos comparables con las jarras plásticas más económicas. Y aunque la mayor parte de nosotros ya no empleamos servicios de entrega a domicilio de leche, las botellas de vidrio que se utilizan (sí ellas todavía existen! )—y que se recogen después de su uso—puede resultar el almacenamiento de leche más ecológicamente deseable, aunque distribuyendo la leche por todos lados y lavando todas las botellas de vidrio no son las actividades más ecológicamente atrayentes.

Quizás la versión moderna del lechero es la "repartición de rebaño", por la cual la gente contribuye anualmente o mensualmente a una lechería local a cambio de un galón de leche fresca de la vaca cada semana. Muchas de las reparticiones de rebaño ofrecidas estos días incluyen leche orgánica de vacas alimentadas con pasto, dando a los consumidores eco-conscientes una manera de apoyar a la pequeña granjería y disfrutar a la vez de leche que sabe es sana. Para encontrar una "repartición de rebaño" en su área, consulte la página en línea de Local Chapters del sitio web de Weston A. Price Foundation,, una caridad que trabaja para difundir las investigaciones del pionero en alimentos naturales Dr. Weston Price.

CONTACTOS: Weston A. Price Foundation, www.westonaprice.org ; Farm-to-Consumer Legal Defense Fund, www.ftcldf.org

Airplanes and cleaner fuels?

Dear EarthTalk: Can airplanes be run on cleaner fuels or be electric powered? Are there changes afoot in the airline business to find cleaner fuels? - Reema Islam, Dhaka, Bangladesh

Governments have been loathe to impose new environmental restrictions on the ailing airline industry, but some airlines and plane makers are taking steps to improve their eco-footprints. The Boeing Dreamliner 787, pictured here and due to debut in late 2010, is 20 percent more fuel efficient than older models due to more efficient engines, aerodynamic improvements and the widespread use of lighter composite materials to reduce weight.

Image courtesy: Dave Sizer, Flickr
Given air travel’s huge contribution to our collective carbon footprint—flying accounts for about three percent of carbon emissions worldwide by some estimates—and the fact that basic passenger and cargo jet designs haven’t changed significantly in decades, the world is certainly ready for greener forms of flying.

But since air travel emissions were not regulated under the Kyoto Protocol, the international agreement signed in 1997 that set binding targets for reducing greenhouse gas emissions, the friendly skies aren’t much greener than they were a few decades ago. And most national governments have been reluctant to impose new environmental restrictions on the already ailing airline industry.

Nonetheless, some airlines and airplane manufacturers are taking steps to improve their eco-footprints. Southwest and Continental have implemented fuel efficiency improvements, waste reduction programs and increased recycling, and are investing in newer, more fuel efficient airplanes. Another airline on the cutting edge of green is Virgin Atlantic, which made news in early 2008 when it became the first major carrier to test the use of biofuels (liquid fuels derived from plant matter) on passenger jet flights. Now Air New Zealand, Continental, Japan Airlines (JAL), JetBlue, and Lufthansa are also testing biofuels.

Even airplane maker Boeing is getting in on the act by developing a carbon-neutral jet fuel made from algae. Boeing’s newest commercial jet, the much vaunted 787 Dreamliner (now in final testing before late 2010 delivery to several airlines), is 20 percent more fuel efficient than its predecessors thanks to more efficient engines, aerodynamic improvements and the widespread use of lighter composite materials to reduce weight. Airbus is also incorporating more lightweight composite materials into its new planes.

On the extreme end of the innovation spectrum are zero-emission airplanes that make use of little or no fuel. The French company, Lisa, is building a prototype small plane, dubbed the Hy-Bird, that uses solar power (via photovoltaic cells on the elongated wingspan) and hydrogen-powered fuel cells to fly with zero emissions—and nearly no engine noise. The company claims the Hy-Bird is the first 100 percent eco-friendly plane, and is readying a round-the-world flight punctuated by 30 event-filled stopovers.

Even more unusual is the proposed fuel-free plane dreamed up by Mississippi-based Hunt Aviation. The company is working on a prototype small plane that harnesses the natural forces of buoyancy (thanks to helium-filled pontoons) for lift-offs and gravity for landings—along with an on-board wind turbine and battery to power everything in between—to achieve flight without any fuel whatsoever.

Don’t look for these futuristic planes on airport runways anytime soon. It will likely be decades before this technology filters its way up to the big leagues. Until then, take a train or bus instead. If you must fly, compensate for your flight’s emissions by buying a “carbon offset” from TerraPass or CarbonFund.org, which will use the money to fund alternative energy and other greenhouse-gas reduction projects.

CONTACTS: Lisa Airplanes http://www.lisa-airplanes.com/ ; Hunt Aviation http://www.fuellessflight.com/ ; TerraPass http://www.terrapass.com/ ; http://www.carbonfund.org/

In Spanish:


Querido DiálogoEcológico: ¿Pueden usarse los aviones con combustibles más limpios o a base de electricidad? ¿Se ve cambios en el negocio de las aerolíneas para encontrar combustibles más limpios? -- Reema Islam, Dacca, Bangladesh

Dada la contribución inmensa de la aviación comercial a nuestra huella colectiva de carbón­los viajes aéreos representan cerca de tres por ciento de las emisiones de carbón en todo el mundo, según algunos cálculos­y el hecho que el diseño de jets de pasajeros y carga básicos no ha cambiado apreciablemente en décadas, sugiere que el mundo está ciertamente listo para ver formas más ecológicas de volar.

Pero puesto que las emisiones de los aviones no fueron reguladas bajo el Protocolo de Kyoto, el acuerdo internacional firmado en 1997 que impuso metas obligatorias para reducir emisiones de gas invernadero, los "cielos amistosos" no son hoy mucho más verdes que lo que eran algunas décadas atrás. Y la mayoría de los gobiernos nacionales han estado reacios a imponer nuevas restricciones ambientales en la industria ya delicada de la aviación comercial.

Sin embargo, algunos fabricantes de aviones y líneas aéreas están tomando medidas para mejorar sus eco-huellas. Southwest y Continental han aplicado mejoras en la eficiencia de combustible, programas de reducción de desperdicios, y mayor reciclaje, y están invirtiendo en aviones más nuevos y más eficientes en combustible. Otra línea aérea en la vanguardia de la cuestión ecológica es Virgin Atlantic, que hizo noticia a principios de 2008 cuando llegó a ser la primera línea aérea de importancia probando el uso de biocombustibles (combustibles líquidos derivados de material vegetal) en vuelos de jets de pasajeros. Ahora Air New Zealand, Continental, Líneas Aéreas de Japón (JAL), JetBlue, y Lufthansa también están probando biocombustibles.

Incluso el fabricante de aviones Boeing se está metiendo al baile al desarrollar un combustible para jets carbón-neutral hecho de algas. El más nuevo jet comercial de Boeing, el muy esperado 787 Dreamliner (ahora en pruebas finales antes de su entrega a fines de 2010 a varias aerolíneas), es 20 por ciento más eficiente en combustible que sus antecesores gracias a motores más eficientes, mejoras aerodinámicas y el uso generalizado de materias compuestas más ligeras para reducir peso. Airbus también integra materias compuestas más livianas en sus nuevos aviones.

En el extremo más dramático del espectro de innovación están los aviones de cero-emisión que utilizan muy poco o ningún combustible. La compañía francesa, Lisa, construye un pequeño avión prototipo, apodado el Hy-Bird, que utiliza energía solar (a través de células fotovoltaicas en su envergadura alargada) y células de combustible de hidrógeno para volar con emisiones cero­y casi ningún ruido de motor. La compañía asevera que el Hy-Bird es el primer avión 100 por ciento ecológicamente puro, y se está preparando para un vuelo alrededor del mundo puntualizado por 30 paradas con celebraciones especiales.

Aún más excepcional es el avión sin combustible propuesto por la Hunt Aviation, basada en Mississippi. La compañía trabaja en un prototipo de avión pequeño que captura las fuerzas naturales de fuerza ascensional y flotabilidad (gracias a pontones llenos de helio) para despegues y la gravedad para aterrizajes­junto con una turbina a bordo de viento y batería para propulsar todo el resto­y así lograr vuelo sin ningún combustible en absoluto.

No busque estos aviones futuristas en las pistas de aeropuerto muy pronto. Es probable que pasen décadas antes que esta tecnología se filtre a las ligas grandes. Hasta entonces, tome un tren o el autobús en lugar de un avión. Si debe volar, compense las emisiones de su vuelo comprando una "compensación de carbón" de TerraPass o la CarbonFund.Org, que utilizará el dinero para financiar energía alternativa y otros proyectos de reducción de gases invernadero.

CONTACTOS: Lisa Airplanes, www.lisa-airplanes.com; Hunt Aviation, www.fuellessflight.com; TerraPass, www.terrapass.com; CarbonFund.org, www.carbonfund.org.

Drinking water with herbicide atrazine

Dear EarthTalk: I understand there’s an issue with the herbicide atrazine showing up in dangerous quantities in drinking water, mostly throughout the central U.S. Why is this happening and what’s being done about it? - Marcus Gerde, Spokane, WA

“Because of its application on crops such as corn, sorghum, sugar cane and other foods, the chemical atrazine is the most commonly detected pesticide or herbicide in U.S. waters, including drinking water supplies. Atrazine exposure has been shown to impair the reproductive systems of amphibians and mammals, and has been linked to cancer in both laboratory animals and humans.”

Atrazine is an herbicide that is widely used across the U.S. and elsewhere to control both broadleaf and grassy weeds in large-scale agricultural operations growing corn, sorghum, sugar cane and other foods. While its use is credited with increasing agricultural yields by as much as six percent, there is a dark side. The nonprofit Natural Resources Defense Council (NRDC) reports that atrazine exposure has been shown to impair the reproductive systems of amphibians and mammals, and has been linked to cancer in both laboratory animals and humans. Male frogs exposed to minute doses of atrazine can develop female sex characteristics, including hermaphroditism and the presence of eggs in the testes. Researchers suspect that these effects are amplified when atrazine and other harmful agricultural chemicals are employed together.

Atrazine’s wide use makes its impacts that much scarier. NRDC reports that it is the most commonly detected pesticide or herbicide in U.S. waters, with the highest levels found in Indiana, Missouri and Nebraska. The Southeast also faces atrazine overload issues. What irks many public health advocates is that, even though study after study implicates atrazine in a long list of environmental and health problems, the U.S. Environmental Protection Agency (EPA) still allows farms to apply 75 million pounds of it each year. The European Union banned atrazine in 2004 due to persistent groundwater pollution there.

Critics of the EPA accuse the agency of selling out the health of the American people so industrial agricultural companies can make big profits. Indeed, in 2003, the EPA estimated a total annual economic impact, if atrazine were to be banned, of over $2 billion, including a yield loss plus increased herbicide cost averaging $28 per acre. In 2006, the EPA concluded that triazine herbicides (such as atrazine) posed “no harm that would result to the general U.S. population, infants, children or other...consumers.”

In light of the EPA’s refusal to consider a ban on atrazine, NRDC and other groups have taken up the cause of educating consumers about the dangers posed by our national addiction to dangerous herbicides and pesticides, and lobbying elected officials to add their voices. President Obama has promised to take a hard look at atrazine, but it remains to be seen how long it will be before any such review takes place.

Of course, organic farmers aren’t waiting around for Obama to ban atrazine. By planting diverse crops, rotating them regularly and employing other age-old agricultural techniques, a new generation of American farmers is learning that expensive chemicals may not be able to boost their yields enough to warrant the high financial and environmental costs associated with constant chemical spraying.

As for you and I, the best way to prevent ingesting atrazine with our tap water is to buy a water filter that employs activated charcoal. NRDC publishes a free list of water filter recommendations on its Simple Steps website. If you’re on a well, NRDC recommends having its water tested annually for atrazine and other contaminants. Even bottled water producers may not filter out atrazine from their source aquifers, so filtering at the tap is the only way consumers can be sure to remove it along with other contaminants.

CONTACTS: NRDC, http://www.nrdc.org/ ; Simple Steps, http://www.simplesteps.org/ ; EPA, http://www.epa.gov/.

In Spanish:

Querido DiálogoEcológico: ¿Comprendo que hay un problema con el herbicida Atrazine que aparece en cantidades peligrosas en el agua potable, en su mayor parte a través del EEUU central. ¿Por qué esta ocurriendo esto y qué se está haciendo acerca de ello? - Marcus Gerde, Spokane, WA

“A causa de su aplicación en cultivos como maíz, sorgo, caña de azúcar y otros alimentos, el Atrazine es el pesticida o herbicida más frecuentemente detectado en aguas norteamericanas, incluyendo abastecimientos de aguas bebibles. Se ha demostrado que la exposición al Atrazine daña los sistemas reproductivos de anfibios y mamíferos, y ha sido vinculado a cánceres en tanto animales de laboratorio como humanos.”

El Atrazine es un herbicida utilizado extensamente a través de EEUU y otra partes para controlar malezas frondosas y pastosas en operaciones agrícolas de gran escala que cultivan maíz, sorgo, caña de azúcar y otros alimentos. Aunque su uso es acreditado con rendimientos agrícolas crecientes hasta de seis por ciento, hay un lado siniestro. El Natural Resources Defense Council (NRDC) [Consejo Defensa de Recursos Naturales] informa que se ha demostrado que la exposición al Atrazine daña los sistemas reproductores de anfibios y mamíferos, y ha sido ligado al cáncer en tanto animales de laboratorio como humanos. Ranas macho expuestas a dosis pequeñísimas de Atrazine pueden desarrollar características de sexo femenino, inclusive el hermafroditismo y la presencia de huevos en los testes. Los investigadores sospechan que estos efectos son amplificados cuando Atrazine y otras sustancias químicas agrícolas perjudiciales se emplean juntos.

El uso amplio de Atrazine hace su impacto mucho más espantoso. El NRDC informa que este es el pesticida o herbicida más comúnmente detectado en las aguas de EEUU, con niveles más altos encontrados en Indiana, Missouri y Nebraska. El Sudeste también encara problemas de sobrecarga de Atrazine. Lo que fastidia a muchos defensores de la salud pública es que, aunque estudio tras estudio ha implicado al Atrazine en una lista larga de problemas de salud y ambientales, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU (EPA) todavía permite a las granjas aplicar 34 millones de kg de esta sustancia cada año. La Unión Europea prohibió el Atrazine en 2004 debido a la contaminación persistente de sus aguas subterráneas.

Los críticos de la EPA acusan a la agencia de vender la salud del pueblo estadounidense de modo que grandes consorcios agrícolas pueden realizar enormes ganancias. En efecto, en 2003, la EPA calculó un impacto económico anual total—si se prohibiese el Atrazine—de más de $2 mil millones, aparte de una pérdida de rendimiento y mayor costo de herbicidas promediando $28 por acre. En 2006, la EPA concluyó que los herbicidas tipo triazine (como Atrazine) no implicaban "daños a la población general de EEUU, a los niños, ni a otros...consumidores.”

En vista de la negativa de la EPA de considerar una prohibición del Atrazine, el NRDC y otros grupos han tomado la causa de educar a los consumidores acerca de los peligros implicados en nuestra adicción nacional a herbicidas y pesticidas peligrosos, presionando a la vez a funcionarios electos para que agreguen sus voces. El presidente Obama ha prometido examinar el Atrazine, pero está por verse cuánto tiempo pasará antes que se lleve a cabo esta revisión.

Por supuesto, los granjeros orgánicos no esperan a que Obama se decida para prohibir el Atrazine. Plantando cosechas diversas, rotandolas regularmente, y empleando otras técnicas agrícolas antiquísimas, una nueva generación de granjeros norteamericanos está aprendiendo que sustancias químicas caras puede que no aumenten sus rendimientos lo suficiente como para justificar los costos más altos financieros y ambientales asociados con el uso constante de sustancia químicas.

En cuanto a nosotros, la mejor manera de prevenir ingerir Atrazine con el agua de la llave es comprar un filtro de agua que emplee carbón activado. El NRDC publica una lista gratis de filtros de agua recomendados en su sitio web Simple Steps . Si usa un pozo, el NRDC recomienda probar su agua anualmente para ver si hay Atrazine y otros contaminantes. Inclusive es posible que los productores de agua embotellada no filtren el Atrazine de sus acuíferos, así que filtrando el agua en la llave es la única manera de que los consumidores puedan estar seguros de quitarlo junto con otros contaminantes.

CONTACTOS: NRDC, http://www.nrdc.org/ ; Simple Steps, http://www.simplesteps.org/ ; EPA, http://www.epa.gov/

miércoles, 16 de junio de 2010

Huge oil spill in the Gulf of Mexico

Dear EarthTalk: Given the huge oil spill in the Gulf of Mexico last month, isn’t it high time the government put a stop to offshore oil drilling once and for all? Short of banning it altogether, what can be done to prevent explosions, leaks and spills moving forward? --­ P. Greanville, Brewster, NY

Image courtesy: "Sky Truth, courtesy Flickr."

"The BP oil disaster is casting a long shadow over the public comment process now going on in Virginia and other coastal states that are considering putting exploratory oil wells in their offshore waters."

The explosion of BP’s Deepwater Horizon drill rig on April 20 and the resultant oil spill now consuming coastal regions of the Gulf of Mexico could not have come at a worse time for President Obama, who only recently renewed a push to expand drilling off the coast of Virginia and other regions of the U.S.
The debate over whether or not to tap offshore oil reserves with dangerous drilling equipment has been raging since extraction methods became feasible in the 1950s. It heated up in 2008 when George W. Bush convinced Congress to lift a 27-year-old moratorium on offshore drilling outside of the already developed western Gulf of Mexico and some areas off Alaska. Despite public protests, cash-strapped governments of several coastal states wanted the moratorium lifted given the potential for earning windfall revenues.

Barack Obama had historically toed the Democratic party line on offshore drilling—don’t allow it—but changed his tune during his 2008 campaign to compromise with pro-drilling Republicans if they would play ball with him on his carbon emissions reduction and energy efficiency initiatives. Then on March 31, three weeks prior to the Deepwater Horizon explosion, which killed 11 workers and has caused untold environmental damage, Obama called for new offshore drilling in the Atlantic from Delaware to central Florida and in Alaska’s untapped northern waters. He also asked Congress to lift the ban on offshore drilling in the oil-rich eastern Gulf of Mexico, just 125 miles from Florida’s beaches.

A key aspect of Obama’s new plan is to assess the potential risks and benefits of each specific offshore site before drilling there can commence. While Obama’s plan wouldn’t grant any new leases until 2012, the Deepwater Horizon problem is casting a long shadow over the public comment process now going on in Virginia and other coastal states otherwise ready to sign on the dotted line for exploratory wells to go into their offshore waters. Whether or not Congress and the American people are willing to let their government expand on what appears already to be some risky business is anybody's guess at this point.

Oil industry representatives maintain their equipment and processes are safer than ever. The U.S. Minerals and Management Service (MMS) blames the vast majority of the 1,400 offshore drilling accidents in U.S. waters between 2001 and 2007 on “human error,” not malfunctioning equipment, though some might argue that the distinction is irrelevant because there will always be human error. A small fire on the Deepwater Horizon in 2005 was found to be caused by human error, and most analysts agree some kind of bad judgment call also likely caused the rig’s ultimate demise. The MMS says it was already in the process of drafting new regulations that would require rig operators to develop programs focused on preventing human error, including operations audits once every three years for each rig.

Some Congress members don’t think the new regulations are enough, especially in the wake of the BP tragedy. U.S. Senator Bill Nelson, a Florida Democrat who has led opposition to offshore drilling, has now called for a congressional investigation of safety practices at offshore oil rigs, and has asked the U.S. Interior Department to undertake a full review of all U.S. drilling accidents over at least the last decade.

CONTACTS: BP, www.bp.com ; U.S. Minerals and Management Service, www.mms.gov .

In Spanish:

Querido DiálogoEcológico: ¿Dado el enorme derrame de petróleo crudo en el Golfo de México el mes pasado, no es ya hora que el gobierno ponga fin a las perforaciones petroleras en alta mar de una vez por todas? ¿Y si no se puede prohibir enteramente, ¿qué puede hacerse para prevenir explosiones, derrames y fugas de crudo de aquí en adelante?- P. Greanville, Brewster, NY

“El desastre de petróleo de la BP está influyendo fuertemente el proceso de comentario que tiene lugar en estos momentos en Virginia y otros estados costeros que están considerando permitir la exploración petrolera en aguas profundas en sus litorales.”

La explosión de la plataforma Deepwater Horizon de BP el 20 de abril y el derrame de crudo resultante que ahora está consumiendo regiones costeras del Golfo de México no podría haber venido en un momento peor para el Presidente Obama, que acaba de aprobar planes para expandir las perforacioens petroleras en aguas profundas en el litoral de Virginia y otras regiones de EEUU.

El debate sobre si o no utilizar las reservas de petróleo costa afuera con equipo peligroso de perforación ha sido furioso desde que métodos de extracción llegaron a ser posibles en los años cincuenta. El choque de opiniones se recalentó en 2008 cuando George W. Bush convenció al Congreso a que levantara una moratoria de 27 años aplicada a la perforación en aguas profundas fuera del ya desarrollado Golfo de México occidental y algunas áreas de Alaska. A pesar de protestas públicas, los gobiernos de varios estados costeros deseaban levantar la moratoria dado el potencial de ganar ingresos fuertes de esta nueva fuente.

Barack Obama históricamente respetó la posición del partido Demócrata con respecto a las perforaciones en aguas profundas—no permitirlas—pero cambió su opinión durante su campaña 2008 para negociar con los Republicanos en favor de la extracción en alta mar a cambio de cooperación con sus propuestas de reducción de emisiones de carbón e iniciativas sobre eficiencia de energía. Entonces el 31 de marzo, tres semanas antes de la explosión en alta mar del Deepwater Horizon, que mató a 11 trabajadores y ha causado un daño ambiental inaudito, Obama se declaró en favor de nuevas operaciones petroleras en aguas profundas en el atlántico desde Delaware a Florida central y en Alaska en sus regiones vírgenes. También pidió que el Congreso levantara la prohibición de perforar en alta mar en el Golfo de México oriental, rico en crudo, y solamente a 125 millas de las playas de Florida.

Un aspecto clave del nuevo plan de Obama es de valorar los riesgos y los beneficios potenciales de cada sitio antes de de comenzar a taladrar en alta mar en un punto específico. Aunque el plan de Obama no otorgaría ningún nuevo permiso de explotación hasta 2012, la tragedia del Deepwater Horizon está promoviendo la cautela en el proceso público de comentario que está ahora ocurriendo en Virginia y otros estados costeros que de otro modo estarían listos para firmar permisos de exploración petrolífera en sus litorales. En esos momentos no se sabe aun si el Congreso y el pueblo norteamericano estarán dispuestos a permitir que su gobierno expanda lo que ya parece ahora un negocio arriesgado.

Los representantes de la industria del petróleo mantienen que sus equipos y procesos son más seguros que nunca. El Servicio Estadounidense de Administración y Minerales (Minerals and Management Service —MMS) culpa la inmensa mayoría de los 1.400 accidentes de perforación en aguas profundas en aguas de EEUU entre 2001 y 2007 en "error humano," no fallas de equipos, aunque algunos aseveran que la distinción es falsa porque siempre habrá error humano. Se vio por ejemplo que un pequeño incendio en el Deepwater Horizon en 2005 fue causado por error humano, y la mayoría de los analistas concuerdan que algún tipo de mal juicio también probablemente causó la destrucción eventual de la plataforma. El MMS dice que ya estaba en el proceso de dictar nuevos reglamentos que requerirían a los operarios de estas instalaciones inaugurar programas que se centraran en prevenir errores humanos, con inspecciones de tales operaciones cada tres años en cada aparejo.

Algunos congresistas no piensan que las nuevas normas son suficientes, especialmente tras la tragedia de BP. El Senador Bill Nelson, Demócrata de Florida que ha liderado la oposición a la perforación mar afuera, ahora está demandando una investigación congresional sobre las prácticas de seguridad en aparejos de petróleo de aguas profundas, y pedido al Ministerio del Interior de EEUU que emprenda una revisión completa de todos los accidentes de perforación que han tenido lugar por lo menos durante la última década.

CONTACTOS: BP, www.bp.com ; U.S. Minerals and Management Service, www.mms.gov

Reports came out of COP 15

Dear EarthTalk: There have been many contradictory reports (“it was good; it was bad”) about what came out of “COP 15,” the December 2009 international Climate Change Conference held in Copenhagen. Can you set the record straight? - Jay Killian, Brookline, MA

“Hopes were high that international negotiators in Copenhagen last December would hammer out a strong agreement to once and for all take the climate beast by the horns and begin to reign in carbon emissions worldwide. But a new binding formal agreement was not to be.”

Image courtesy: "Getty Images"

Indeed hopes were high that international negotiators in Copenhagen last December at the 15th Annual Conference of Parties (COP15) to the United Nations Framework Convention on Climate Change (UNFCCC) would be able to hammer out a strong agreement to once and for all take the climate beast by the horns and begin to reign in carbon emissions worldwide. But a new binding formal agreement was not to be, mostly because of conflicting priorities among participating countries.

Even a weaker 11th hour voluntary “framework” put forth by the U.S., China, India, Brazil and South Africa failed to win consensus support among the 119 attending heads of state. However, the resulting Copenhagen Accord—which aims to keep global temperatures from reaching any more than 2˚C (3.6˚F) above pre-industrial times—did leave the door open for a stronger agreement later, with developing countries pledging a total of $30 billion in the short term and $100 billion a year by 2020, mostly to help less developed nations adopt policies and technologies to keep carbon footprints small moving forward.

“This accord cannot be everything that everyone hoped for, but it is an essential beginning,” reports UN Secretary-General Ban Ki-moon. “The bad news is that the Accord is not legally binding and provides no plan of how to limit emissions,” says climatologist Mark Maslin of the University College of London’s (UCL) Environment Institute, pointing out that the original text leading up to the meeting called for a global cut in emissions of 50 percent by 2050, including an 80 percent cut by all developed countries.

The lack of detail in the resulting Accord regarding specific emissions reductions targets means cooperation is completely voluntary, which is not what environmentalists want to hear. “The Accord should be seen as simply a face-saving agreement,” comments Maslin. “The politics are clear: Some developed and the richer developing countries resisted the call for legal limits to emissions.”

The failure of COP15 to generate a binding agreement means that international policymaking will likely take a back seat in the effort to wean ourselves off of fossil fuels and profligate carbon emissions. Chris Flavin of the U.S.-based Worldwatch Institute believes that future progress on climate “will be driven more by domestic economics and politics rather than the international negotiating process.”

Flavin goes on to say that climate change mitigation will depend on the ability of individual nations “to persuade domestic constituents that they will benefit economically as well as environmentally from an energy transition.” He adds that future UN climate talks should focus not on overarching agreements but on practical goals like providing funding for poor countries to mitigate and adapt to climate change, accelerating international cooperation on technology, and coordinating a global effort to protect the world’s remaining forests given their capacity to store large amounts of carbon. “Efforts over the next few years will determine whether Copenhagen was a fatal setback for efforts to combat climate change, or just a painful mid-course correction,” concludes Flavin.

CONTACTS: UNFCCC, www.unfccc.int ; Worldwatch Institute, www.worldwatch.org

In Spanish:

Querido DiálogoEcológico: Ha habido muchos informes contradictorios ("fue bueno; fue malo") acerca de lo que aconteció durante "COP 15," la Conferencia Internacional de Cambio de Clima de diciembre 2009, que tuvo lugar en Copenhague. ¿Pueden Uds. aclarar la cuestión?- Jay Killian, Brookline, MA

“Había much esperanza que los negociadores internacionales en Copenhague en diciembre pasado pudiesen lograr un fuerte convenio que tomase el toro del cambio climático por las astas y comenzase a controlar las emisiones mundiales de carbón. Pero un nuevo acuerdo formal no estaba en las cartas.”

En realidad existían grandes esperanzas de que los negociadores internacionales en Copenhague el mes de diciembre pasado en la Decimoquinta Conferencia Anual de Grupos Miembros (COP15) para la Convención de las Naciones Unidas Sobre Cambio del Clima (UNFCCC) podrían lograr un acuerdo fuerte que, de una vez por todas, pudiese tomar al toro por las astas y comenzar a domar las emisiones de carbón mundiales. Pero un nuevo acuerdo firme y obligatorio no estaba en las cartas, en su mayor parte debido a conflictos de prioridades entre los países participantes.

Incluso un "esquema voluntario" más debil presentado a la hora undécima por EEUU, China, India, Brasil y Sudáfrica no pudo lograr consenso entre los 119 jefes de estado que asistieron. Sin embargo, el resultante Acuerdo de Copenhague—que se propone mantener temperaturas globales que no alcancen más de 2°C (3,6° F) por encima de los niveles de tiempos preindustriales—dejó la puerta abierta para un acuerdo más fuerte más tarde, con los países en desarrollo prometiendo una suma de $30 mil millones a corto plazo y $100 mil millones para el año 2020, principalmente para asistir a las naciones menos desarrolladas a adoptar políticas y tecnologías que apoyaran en el futuro las huellas de carbón más pequeñas.

"Este acuerdo puede que no responda a las esperanzas de todos, pero constituye un principio esencial," informa el Secretario General de la ONU Ban Ki-Luna. "El problema es que el Acuerdo no obliga legalmente a nadie y no avanza ningún plan sobre cómo limitar las emisiones," dice el climatólogo Mark Maslin del Instituto del Ambiente con el University College de Londres indicando que el texto original que llevó a la reunión requería una reducción global en emisiones del 50 por ciento para 2050, incluyendo una reducción del 80 por ciento por parte de todos los países desarrollados.

La falta de detalle en el Acuerdo resultante con respecto a objetivos específicos sobre reducciones de emisiones significa que la cooperación es completamente voluntaria, que no es lo qué los ecologistas querían oír. "El Acuerdo debe ser visto simplemente como un convenio para salvar las apariencias," comenta Maslin. "La política es clara: Algunos de los países desarrollados y algunos de los países más ricos en desarrollo resistieron la convocatoria a límites legales de emisiones".
El fracaso de COP15 para generar un convenio obligatorio significa que la política internacional probablemente va a tomar segundo plano en el esfuerzo de desligar a la humanidad de los hidrocarburos y las emisiones prohibitivas de carbón. Chris Flavin del Instituto Worldwatch basado en EEUU cree que el futuro progreso sobre el clima "será propulsado más por economía y política domésticas que por el proceso de negociaciones internacionales".

Flavin agrega que la mitigación del cambio climático dependerá de la capacidad individual de diversas naciones de "persuadir sus constituyentes domésticos que ellos se beneficiarán económicamente así como ambientalmente con una transición a otro tipo de energía". Añade que futuras conversaciones sobre el clima de la ONU no deben enfocar acuerdos super ambiciosos sino objetivos prácticos, como proporcionar fondos a países pobres para que éstos puedan mitigar y adaptarse al cambio climatérico, acelerar la cooperación internacional en la tecnología, y coordinar el esfuerzo global para proteger los bosques restantes de mundo dada su capacidad de almacenar cantidades grandes de carbón. "Los esfuerzos de los próximos pocos años determinarán si Copenhague fue un revés fatal para los esfuerzos de combatir el cambio de clima, o sólo una corrección dolorosa a mitad de camino," concluye Flavin.

CONTACTOS: UNFCCC, www.unfccc.int ; Worldwatch Institute, www.worldwatch.org

Major threat to great lakes in US

Dear EarthTalk: What are the major threats to the Great Lakes in the United States and what’s being done to address them? - Saul G., Racine, WI

"Havoc wreaked by invasive species is one of the biggest problems facing the Great Lakes. Zebra mussels, pictured here and originally native to southeast Russia, have colonized the lakes, absorbing toxic PCBs dumped years earlier and transferring the chemicals up the food chain into the tissues of walleyes, a popular sport fish."

Image courtesy: "Andres Musta, courtesy Flickr."

The Great Lakes watershed is a unique and important ecosystem that contains some 95 percent of America’s fresh water surface area, and is a continental hub for birds, fish and other wildlife. According to the National Audubon Society, the Great Lakes provide habitat for some 400 bird species. But it is the region’s exploding human population—now at 42 million—that is causing many environmental problems.

Major threats include toxic and nutrient pollution, the growing presence of non-native invasive species, and the destruction of critical wildlife habitat. In addition, the region’s residents worry that other parts of the country and world facing water shortages will find ways to divert Great Lakes water to quench their far-off thirsts. Also, it remains to be seen what kind of impact global warming will have on the region.

Perhaps the issue that gets the most attention in the region is the menace of invasive species. They arrive via heel, tire, railway and ship, and are profoundly altering the region’s ecology. The most notorious case is that of the zebra mussel which, originally native to southeast Russia first arrived in the late 1980s on ocean-going ships via the St. Lawrence Seaway. Aside from outcompeting native species for food, they have absorbed toxic PCBs dumped years earlier and transferred them up the food chain in being eaten by round gobies (also a non-native species), which in turn are preyed upon by walleyes, a popular sport fish.

Another major problem is pollution itself. Tons of pesticides, herbicides and fertilizers run off of farms and into the water every month. Coal-fired power plants spew mercury into the air and factories of all kinds emit other pollutants that all eventually end up in the water. Converting farmers to organic agriculture and cleaning up smokestacks are top priorities for regulators and green groups in the region.

Federal, state and local authorities and nonprofit and community groups are working diligently to help restore compromised areas in the region. The Obama administration’s 2010 budget allocates $475 million to the Great Lakes Restoration Initiative. Led by the U.S. Environmental Protection Agency (EPA), the Initiative is assessing the threats to the region and laying out a roadmap for remediation through the Great Lakes Interagency Task Force, which includes representatives from the EPA as well as the departments of State, Interior, Agriculture, Commerce, Transportation, and Housing and Urban Development.

Some of the beneficiaries of this funding will also be some of the 100+ nonprofit and community groups that have formed the Healing Our Waters Great Lakes Coalition. These groups hope to leverage each others’ expertise and work together on on-the-ground restoration projects throughout the region.

Meanwhile Minnesota, Wisconsin, Illinois, Indiana, Ohio, Michigan, Pennsylvania, New York, Quebec and Ontario have come together as the Great Lakes Basin Compact to ward off drought-stricken far-off places from taking fresh water out of their region. Member states and provinces have delineated a border around the region beyond which water cannot be shipped. The agreement came about in 2005 when a Canadian company announced that it wanted to ship water in tankers from Lake Ontario to Asia.

CONTACTS: Great Lakes Restoration Initiative, www.epa.gov/glnpo/glr ; Healing Our Waters Great Lakes Coalition, www.healthylakes.org ; Great Lakes Basin Compact, www.glc.org/about/glbc.html

In Spanish:

Querido DiálogoEcológico: ¿Cuáles son las amenazas mayores a los Grandes Lagos de Estados Unidos y qué se está haciendo para manejar la crisis? - Saul G., Racine, WI

"El lío creado por las especies invasivas es uno de los problemas más grandes que enfrentan los Grandes Lagos. Las cholgas cebra, en la foto, originalmente nativas del sudeste de Rusia, han colonizado los lagos, absorbiendo PCBs tóxicos botados en los lagos años antes y transfiriendo estas sustancias químicas a la cadena alimenticia en los tejidos de los luciopercas, un pez popular con los pescadores aficionados."

La línea divisoria de las aguas de los Grandes Lagos es un ecosistema extraordinario e importante que contiene un 95 por ciento del área de agua dulce de América, y es un eje continental para pájaros, peces y otra fauna. Según la National Audubon Society, los Grandes Lagos proporcionan hábitat para unas 400 especies de aves. Pero es la población de seres humanos de la región que está estallando—ahora tiene 42 millones—lo que causa muchos problemas ambientales.

Las amenazas mayores incluyen contaminación de materias tóxicas y de nutrientes, la presencia creciente de especies no nativas invasoras, y la destrucción de hábitats críticos para la fauna. Además, los residentes de la región temen que otras partes del país y el mundo, frente a escaseces de agua encontrarán maneras de desviar los Grandes Lagos para satisfacer sus sedes lejanas. También, está por ver qué clase de impacto tendrá el calentamiento climático en la región.

Quizás el asunto que atrae mayor atención en la región es la amenaza de las especies invasivas. Llegan a través de tacón, la llanta, el ferrocarril y el buque, y están alterando profundamente la ecología de la región. El caso más notorio es del mejillón cebra, una cholga que, originalmente nativa del sudeste de Rusia, llegó primero al final de la década de los ochenta en buques transatlánticos a través de la Ruta Marítima del St. Lawrence. Aparte de sobrepasar a las especies nativas en la adquisición de alimentos, ellas han absorbido PCBs tóxicos botados en años anteriores y los han transferidos al resto de la cadena alimenticia al ser comidos por los gobies redondos (también una especie no nativa), que es a menudo atacado a su vez por los luciopercas, un pez popular con los pescadores aficionados.

Otro problema difícil es la polución misma. Muchas toneladas de pesticidas, herbicidas y abonos se escurren de los granjas al agua todos los meses. Las centrales eléctricas que queman carbón arrojan mercurio al aire y fábricas de todas clases emiten otros contaminantes que acaban finalmente en el agua. Convertir a los granjeros a la agricultura orgánica y limpiar las chimeneas industriales son prioridaded absolutas para los reguladores y grupos verdes de la región.

Las autoridades federales, estatales y las administraciones locales asi como los grupos no lucrativo de la comunidad trabajan para ayudar diligentemente a restaurar las áreas comprometidas de la región. El presupuesto de Obama para 2010 asigna $475 millones a la Iniciativa de Restauración de los Grandes Lagos [Great Lakes Restoration Initiative]. Dirigida por la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU (EPA), la Iniciativa está evaluando las amenazas a la región y diseñando una guía de acción remediadora para uso de la Great Lakes Interagency Task Force [Grupo de Trabajo de los Grandes Lagos], que incluye representantes de la EPA así como de los departamentos de Estado, Interior, Agricultura, Comercio, Transporte, y Viviendas y Desarrollo Urbano.

Entre los beneficiarios de esta financiación también estarán algunos de los más de 100 grupos no lucrativos y de comunidad local que han formado la Coalición de Remedio a Nuestras Aguas de los Grandes Lagos. Estos grupos esperan apoyarse mutuamente en términos de pericias y trabajar juntos en el campo en los proyectos de restauración a través de la región.

Mientras tanto Minnesota, Wisconsin, Illinois, Indiana, Ohio, Michigan, Pennsylvania, Nueva York, Quebec y Ontario se han reunido en una alianza denominada Pacto de la Cuenca de los Grandes Lagos para impedir que lugares lejanos azotados por la sequía sequía roben agua dulce de la región. Los estados y provincias miembros han delineado una frontera alrededor de la región más allá de la cual no se puede enviar agua. El acuerdo se formalizó en 2005 cuando una compañía canadiense anunció que quería enviar agua en petroleros del Lago Ontario a Asia.

CONTACTOS: Great Lakes Restoration Initiative, www.epa.gov/glnpo/glr ; Healing Our Waters Great Lakes Coalition, www.healthylakes.org ; Great Lakes Basin Compact, www.glc.org/about/glbc.html

Smart Growth benefit environment

Dear EarthTalk: What is “smart growth” and how does it benefit the environment? And what are the downsides, if any? -- Frank Quinn, Missoula, MT

"The smart growth approach attempts to minimize automobile traffic and its pollution in urban centers by including stores, residences and schools in neighborhoods, resulting in more walking, bicycle riding and mass transit usage than in a typical suburban environment. Pictured: Retail and housing in San Diego, California on the site of a former Sears store."

Image courtesy: Faceless B, courtesy Flickr."

Originating in the early 1970s when city planners began renovating crumbling inner cities in the face of widespread suburbanization and sprawl, smart growth is now a top buzzword in both municipal policy and environmental circles. Some form of smart growth has likely been implemented where you live or somewhere nearby.

Urban planners subscribing to a smart growth philosophy work to concentrate growth in the center of existing cities and towns to avoid sprawling development in areas otherwise prized for open space. Part of a smart growth effort attempts to minimize automobile traffic and its pollution in urban centers by including stores, residences and schools in neighborhoods, resulting in more walking, bicycle riding and mass transit usage than in a typical suburban environment. Advocates maintain that smart growth initiatives create a unique sense of community and place, give people more transportation, employment and housing choices, and equitably distribute the costs and benefits of development while preserving and enhancing natural beauty, cultural resources and public health.

The U.S. Environmental Protection Agency (EPA) has been a big smart growth booster since it formed the Smart Growth Network in 1996. Partners include environmental and historic preservation groups, professional organizations, developers, real estate interests, and local and state government entities. The network serves as a forum for educating the public and policymakers about the benefits of smart growth and fostering idea sharing and community among practitioners and advocates of smart growth planning.

Partly thanks to the Smart Growth Network, smart growth initiatives are numerous across the U.S. today. Denver, Minneapolis, Pittsburgh, Chicago and dozens of other metropolitan areas have experienced urban renewal in the last two decades thanks to planning that has taken into account livability, sustainability and preservation of open space.

Communications channels facilitated via the Smart Growth Network enable the successes and failures of previous smart growth initiatives to be learning tools for planning new ones.

Smart growth is not without its detractors. According to Todd Litman of the Canadian-based Victoria Transport Policy Institute, “small government” conservatives and libertarians criticize smart growth for infringing on freedom by instituting complicated layers of regulation over development plans, increasing traffic congestion and air pollution, reducing the affordability of urban housing while forcing locals out and creating undesirable levels of density, and requiring wasteful transit subsidies, among other beefs.

Even the environmental community is somewhat divided. The majority view some development and expansion as inevitable (especially with human population always on the upswing)—and in that light embrace smart growth as a realistic lesser of possible evils. But a smaller segment of greens questions whether any development—smart or otherwise—is good for a given region’s natural systems. But while such debates may rage on at universities and think tanks, smart growth is already becoming the standard lens through which development projects are judged in the majority of our metropolitan areas.

CONTACTS: EPA, http://www.epa.org/ ; Smart Growth Network, http://www.smartgrowth.org/ ; Todd Litman’s "Evaluating Criticism of Smart Growth," www.vtpi.org/sgcritics.pdf

In Spanish:

Querido DiálogoEcológico: ¿Qué es el "desarrollo inteligente" y cómo beneficia al ambiente? ¿Y cuáles son las desventajas, si éstas existiesen?- Frank Quinn, Missoula, MT

"El planeamiento por desarrollo inteligente intenta minimizar el tráfico de automóviles y su polución en centros urbanos al incluir tiendas, residencias y escuelas en sus vecindarios, lo que resulta en más caminar, uso de bicicletas, y más uso de transportes públicos en un ambiente típicamente urbano. Imagen: Comercio y viviendas en San Diego, California, en el sitio de una tienda antigua de Sears.”

Apareciendo a comienzos de los años setenta cuando los urbanistas empezaron a renovar las ciudades interiores frente al impacto de la expansión descontrolada del área urbana, el desarrollo inteligente es ahora un concepto en la boca de todo el mundo, tanto en círculos que se ocupan de política municipal como grupos ambientalistas. Alguna forma de crecimiento inteligente probablemente ha ocurrido ya donde usted vive o en algún lugar cerca.

Los planificadores urbanos que observan la filosofía de desarrollo inteligente trabajan para concentrar el crecimiento en el centro de las ciudades y pueblos existentes para evitar el desarrollo que de otro modo abarcaría áreas apreciadas como espacios abiertos. Una parte del desarrollo inteligente busca minimizar el tránsito automovilístico y su contaminación en centros urbanos al incluir tiendas, residencias y escuelas en los vecindarios mismos, teniendo como resultado más oportunidades de caminar, ir en bicicleta, o usar los transportes públicos que en un ambiente suburbano típico. Los partidarios mantienen que estas iniciativas de crecimiento sagaz crean un sentido extraordinario de comunidad y lugar, proveen más transportes al público, empleos y elecciones en viviendas, y distribuyen equitativamente los costos y beneficios del desarrollo al preservar y aumentar la belleza natural, los recursos culturales y la salud pública.

La Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU (EPA) ha sido un partidario importante del desarrollo inteligente desde que formó la Red de Crecimiento Inteligente [Smart Growth Network ] en 1996. Los miembros incluyen grupos ambientales y de conservación histórica, organizaciones profesionales, urbanizadores, intereses de bienes raíces, y entidades de gobierno local y estatal. La red sirve como un foro para educar al público así como a los responsables de formular política acerca de los beneficios del crecimiento inteligente y fomentar el intercambio de ideas y prácticas entre los partidarios del desarrollo inteligente.

En parte gracias a la Red de Crecimiento Inteligente, las iniciativas de desarrollo inteligente son hoy numerosas a través de EEUU. Denver, Minneapolis, Pittsburgh, Chicago y docenas de otras áreas metropolitanas han experimentado la renovación urbanística en las últimas dos décadas gracias a una planificación que ha tenido en cuenta la habitabilidad, sostenibilidad y conservación de espacios abiertos. Canales de comunicaciones facilitados a través de la Red de Crecimiento Inteligente permiten que los éxitos y fracasos de iniciativas anteriores de crecimiento sagaz sean instrumentos de perfeccionamiento en el planeamiento futuro.

El desarrollo inteligente tiene sus detractores. Según Todd Litman del Victoria Transport Policy Institute, basado en Canadá, los conservadores y libertarios que propician "el gobierno pequeño" critican el crecimiento inteligente como una violación de la libertad al instituir capas complicadas de regulación en los planes de desarrollo, aumentando la congestión de tránsito y la contaminación atmosférica, reduciendo el acceso a la vivienda urbana al forzar los habitantes locales fuera del perímetro interno, y crear niveles indeseables de densidad, los cuales requerirían subvenciones ruinosas de tránsito, entre otras quejas.

La comunidad ambiental está un poco dividida también. La mayoría ve algún desarrollo y expansión como inevitable (especialmente con la población humana siempre en ascenso) —y en ese sentido abraza el crecimiento inteligente como el menor de los males posibles. Pero un segmento más pequeño de ecologistas cuestiona si cualquier desarrollo—inteligente o no—sea bueno para los sistemas naturales de una región. Pero aunque tales debates pueden seguir al rojo en las universidades y los comités de expertos, el crecimiento inteligente ya es la norma superior para juzgar proyectos de desarrollo en la mayoría de nuestras áreas metropolitanas.

CONTACTOS: EPA, http://www.epa.org/ ; Smart Growth Network, http://www.smartgrowth.org/ ; Todd Litman’s "Evaluating Criticism of Smart Growth," www.vtpi.org/sgcritics.pdf

Oceans in trouble!

Dear EarthTalk: Oceans are in big trouble and I understand President Obama is creating a high level ocean council to address them. What are the major issues? - Steve Sullivan, Bothell, WA

"Our oceans are in a terrible state, thanks primarily to unrestrained commercial and industrial activity. Global warming may also take its toll, by shifting or shutting down powerful ocean currents or killing off biodiversity rich coral reefs, like the Great Barrier Reef, pictured here."
Image courtesy: "Richard Ling."


Our oceans are indeed in a terrible state, thanks primarily to unrestrained commercial and industrial activity. Overfishing and pollution have decimated once abundant stocks of fish and other marine life, and the damaging practices continue to this day despite international agreements outlawing them.

Our appetite for seafood has pushed three-quarters of the world’s fisheries to or beyond the limits of sustainability, while nine out of 10 of the sea’s large fish like tuna and swordfish have disappeared. And while it is still unclear what toll global warming will have on oceans—coral reefs dying and powerful ocean currents shifting or shutting down are two scary scenarios—the outlook is grim at best.

While George W. Bush was no friend to the environment overall, his record on ocean protection is actually not too bad. After convening a commission of experts from various disciplines to report on the state of U.S. oceans, his administration took steps to protect 215 million acres of biologically rich deep sea ocean habitat in the Pacific near Hawaii and Guam. The newly protected areas are off limits to resource extraction and commercial fishing but open for shipping traffic, scientific research and minimal impact recreation—and should provide a boon for fish and other marine species trying to recover from decades of abuse. But while such protections are a huge step in the right direction, they represent less than a drop in the bucket as to what still needs to be done to help fish stocks and marine ecosystems recover.

In light of ongoing threats, President Obama last June set up a task force to craft a national ocean stewardship policy. Led by Nancy Sutley, chair of the White House’s Council on Environmental Quality, the task force is currently working to draft a framework for sustainable management of American coastal and ocean resources. Currently 20 different federal agencies oversee some 140 ocean protection laws; Obama has charged his task force with pulling together all the different authorities and laws to focus attention on addressing the most serious challenges facing the oceans and those who manage them.

Environmentalists have been quick to praise Obama for creating the task force—something called for by Bush’s oceans commission and other experts—but it is unclear how effective it can be given competing political priorities. Some members of Congress are pushing an omnibus ocean protection bill called Oceans-21, which aims to regulate fisheries, establish a network of protected areas, provide an oceans management framework to rescue coasts and off-shore areas, and help ocean life survive global warming.

Fortunately, Americans are not the only ones concerned about the world’s oceans. The United Nations launched its Oceans and Coastal Areas Network—later renamed UN Oceans—in 2003 to coordinate ocean and coastal efforts around the world. More recently, several island nations in the western Pacific and Indian oceans formed the Coral Triangle Initiative, adopting a 10-year plan of action to avert growing threats to coral reefs, fish, coastal mangrove buffers and other marine resources across the region. While the challenges may be greater than ever, at least now our oceans are getting some long-overdue attention; only time will tell if we took action in time to stave off a global collapse of marine ecosystems.

CONTACTS: UN Oceans, http://ioc3.unesco.org/un-oceans

In Spanish:

Querido DiálogoEcológico: Los océanos están en grandes apuros y entiendo que el Presidente Obama está creando una alta comisión para resolver este problema. ¿Cuáles son los asuntos más urgentes? - Steve Sullivan, Bothell, WA

"Nuestros océanos están en apuros, gracias principalmente a la actividad comercial e industrial desenfrenada. El calentamiento planetario también puede jugar un rol nefario, al desbaratar o apagar poderosas corrientes oceánicas o matando los arrecifes de coral ricos en biodiversidad, como la Gran Barrera de Arrecifes, vista en la imagen adjunta.”

Nuestros océanos están verdaderamente en un estado terrible, gracias principalmente a la actividad comercial e industrial desenfrenada. La sobrepesca y la contaminación han diezmado lo que era anterioremente una cantidad inmensa de peces y otra vida marina, y las prácticas dañinas continúan a este día a pesar de acuerdos internacionales que las proscriben.
Nuestro apetito por los mariscos ha em pujado a tres-cuartos de las pesquerías del mundo cerca o más allá de los límites de sostenibilidad, mientras que nueve de los 10 peces más grandes del mar, como el atún y el pez espada, han desaparecido. Y aunque todavía no está claro el impacto que el calentamiento climático tendrá en los océanos—la mortandad entre los arrecifes de coral y los cambios abruptos en las corrientes poderosas oceánicas son dos posibilidades terribles—las perspectivas, en el mejor de los casos-- son desanimantes.

Aunque George W. Bush no fue—en general—un amigo del ambiente, su record de protección océanica no es realmente demasiado malo. Después de convocar una comisión de expertos de varias disciplinas para compilar un informe sobre el estado de los océanos de EEUU, su administración tomó medidas para proteger un hábitat de 215 millones de acres de océano profundo biológicamente rico en el Pacífico cerca de Hawái y Guam. Las áreas nuevamente protegidas están en zonas donde se prohibe la extracción de recursos y la pesca comercial, pero abiertas al tránsito marítimo, la investigación científica y la recreación de impacto mínimo—y deberían ser una bendición para peces y otra especies marinas que están tratando recuperarse de décadas de abuso. Pero aunque tales protecciones son un paso inmenso en la dirección correcta, ellos representan menos que una gota en el océano en cuanto a lo que todavía debería hacerse para ayudar a los peces y ecosistemas marinos a recuperarse.


En vista de las amenazas existentes, el Presidente Obama el mes de junio pasado convocó un grupo de trabajo para elaborar una política nacional de custodia oceánica. Dirigido por Nancy Sutley, presidente del Consejo Sobre Calidad Ambiental de la Casa Blanca, el grupo de trabajo se dedica actualmente a redactar un marco de explotación sostenible de los recursos costeros y de océano norteamericanos.

Actualmente 20 agencias federales diferentes supervisan unas 140 leyes de protección oceánica; Obama ha pedido a su grupo de trabajo que consoliden todas las líneas de autoridad y leyes diferentes para concentrar atención en los desafíos más graves que enfrentan los océanos y los que los manejan.

Los ecologistas han alabado la decisión de Obama de crear el grupo de trabajo—algo contemplado en la comisión oceánica de Bush y por otros expertos—pero no está claro cuán efectivo puede llegar a ser dado las prioridades políticas existentes. Algunos congresistas están apoyando un proyecto de ley integrado para la protección de océanos, denominada Océanos-21, que propone regular pesquerías, establecer una red de áreas protegidas, proporcionar un marco para la administración de océanos, rescatar costas y áreas del litoral, y ayudar a la vida marina a sobrevivir el calentamiento climático.

Afortunadamente, los norteamericanos no son los únicos concernidos acerca de los océanos del mundo. Las Naciones Unidas lanzaron su iniciativa Oceans and Coastal Areas Network (Red de Océanos y Areas Costeras)—luego rebautizada Océanos ONU—en 2003 para coordinar los esfuerzos de rescate oceánicos y costeros alrededor del mundo. Más recientemente, varias naciones isla en el pacífico occidental y el océano Indico formaron la Iniciativa de Triángulo Coral, adoptando un plan de 10 años de acción para detener el avance de amenazas crecientes a los arrecifes de coral, peces, bandas costeras de manglar y otros recursos marinos a través de la región. Aunque los problemas pueden ser más difíciles que nunca, por lo menos ahora nuestros océanos están al fin recibiendo un poco de atención; sólo el tiempo podrá decir si abrazamos estas medidas a tiempo para evitar el colapso global de los ecosistemas marinos.

CONTACTOS: UN Oceans, http://ioc3.unesco.org/un-oceans