miércoles, 16 de junio de 2010

Smart Growth benefit environment

Dear EarthTalk: What is “smart growth” and how does it benefit the environment? And what are the downsides, if any? -- Frank Quinn, Missoula, MT

"The smart growth approach attempts to minimize automobile traffic and its pollution in urban centers by including stores, residences and schools in neighborhoods, resulting in more walking, bicycle riding and mass transit usage than in a typical suburban environment. Pictured: Retail and housing in San Diego, California on the site of a former Sears store."

Image courtesy: Faceless B, courtesy Flickr."

Originating in the early 1970s when city planners began renovating crumbling inner cities in the face of widespread suburbanization and sprawl, smart growth is now a top buzzword in both municipal policy and environmental circles. Some form of smart growth has likely been implemented where you live or somewhere nearby.

Urban planners subscribing to a smart growth philosophy work to concentrate growth in the center of existing cities and towns to avoid sprawling development in areas otherwise prized for open space. Part of a smart growth effort attempts to minimize automobile traffic and its pollution in urban centers by including stores, residences and schools in neighborhoods, resulting in more walking, bicycle riding and mass transit usage than in a typical suburban environment. Advocates maintain that smart growth initiatives create a unique sense of community and place, give people more transportation, employment and housing choices, and equitably distribute the costs and benefits of development while preserving and enhancing natural beauty, cultural resources and public health.

The U.S. Environmental Protection Agency (EPA) has been a big smart growth booster since it formed the Smart Growth Network in 1996. Partners include environmental and historic preservation groups, professional organizations, developers, real estate interests, and local and state government entities. The network serves as a forum for educating the public and policymakers about the benefits of smart growth and fostering idea sharing and community among practitioners and advocates of smart growth planning.

Partly thanks to the Smart Growth Network, smart growth initiatives are numerous across the U.S. today. Denver, Minneapolis, Pittsburgh, Chicago and dozens of other metropolitan areas have experienced urban renewal in the last two decades thanks to planning that has taken into account livability, sustainability and preservation of open space.

Communications channels facilitated via the Smart Growth Network enable the successes and failures of previous smart growth initiatives to be learning tools for planning new ones.

Smart growth is not without its detractors. According to Todd Litman of the Canadian-based Victoria Transport Policy Institute, “small government” conservatives and libertarians criticize smart growth for infringing on freedom by instituting complicated layers of regulation over development plans, increasing traffic congestion and air pollution, reducing the affordability of urban housing while forcing locals out and creating undesirable levels of density, and requiring wasteful transit subsidies, among other beefs.

Even the environmental community is somewhat divided. The majority view some development and expansion as inevitable (especially with human population always on the upswing)—and in that light embrace smart growth as a realistic lesser of possible evils. But a smaller segment of greens questions whether any development—smart or otherwise—is good for a given region’s natural systems. But while such debates may rage on at universities and think tanks, smart growth is already becoming the standard lens through which development projects are judged in the majority of our metropolitan areas.

CONTACTS: EPA, http://www.epa.org/ ; Smart Growth Network, http://www.smartgrowth.org/ ; Todd Litman’s "Evaluating Criticism of Smart Growth," www.vtpi.org/sgcritics.pdf

In Spanish:

Querido DiálogoEcológico: ¿Qué es el "desarrollo inteligente" y cómo beneficia al ambiente? ¿Y cuáles son las desventajas, si éstas existiesen?- Frank Quinn, Missoula, MT

"El planeamiento por desarrollo inteligente intenta minimizar el tráfico de automóviles y su polución en centros urbanos al incluir tiendas, residencias y escuelas en sus vecindarios, lo que resulta en más caminar, uso de bicicletas, y más uso de transportes públicos en un ambiente típicamente urbano. Imagen: Comercio y viviendas en San Diego, California, en el sitio de una tienda antigua de Sears.”

Apareciendo a comienzos de los años setenta cuando los urbanistas empezaron a renovar las ciudades interiores frente al impacto de la expansión descontrolada del área urbana, el desarrollo inteligente es ahora un concepto en la boca de todo el mundo, tanto en círculos que se ocupan de política municipal como grupos ambientalistas. Alguna forma de crecimiento inteligente probablemente ha ocurrido ya donde usted vive o en algún lugar cerca.

Los planificadores urbanos que observan la filosofía de desarrollo inteligente trabajan para concentrar el crecimiento en el centro de las ciudades y pueblos existentes para evitar el desarrollo que de otro modo abarcaría áreas apreciadas como espacios abiertos. Una parte del desarrollo inteligente busca minimizar el tránsito automovilístico y su contaminación en centros urbanos al incluir tiendas, residencias y escuelas en los vecindarios mismos, teniendo como resultado más oportunidades de caminar, ir en bicicleta, o usar los transportes públicos que en un ambiente suburbano típico. Los partidarios mantienen que estas iniciativas de crecimiento sagaz crean un sentido extraordinario de comunidad y lugar, proveen más transportes al público, empleos y elecciones en viviendas, y distribuyen equitativamente los costos y beneficios del desarrollo al preservar y aumentar la belleza natural, los recursos culturales y la salud pública.

La Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU (EPA) ha sido un partidario importante del desarrollo inteligente desde que formó la Red de Crecimiento Inteligente [Smart Growth Network ] en 1996. Los miembros incluyen grupos ambientales y de conservación histórica, organizaciones profesionales, urbanizadores, intereses de bienes raíces, y entidades de gobierno local y estatal. La red sirve como un foro para educar al público así como a los responsables de formular política acerca de los beneficios del crecimiento inteligente y fomentar el intercambio de ideas y prácticas entre los partidarios del desarrollo inteligente.

En parte gracias a la Red de Crecimiento Inteligente, las iniciativas de desarrollo inteligente son hoy numerosas a través de EEUU. Denver, Minneapolis, Pittsburgh, Chicago y docenas de otras áreas metropolitanas han experimentado la renovación urbanística en las últimas dos décadas gracias a una planificación que ha tenido en cuenta la habitabilidad, sostenibilidad y conservación de espacios abiertos. Canales de comunicaciones facilitados a través de la Red de Crecimiento Inteligente permiten que los éxitos y fracasos de iniciativas anteriores de crecimiento sagaz sean instrumentos de perfeccionamiento en el planeamiento futuro.

El desarrollo inteligente tiene sus detractores. Según Todd Litman del Victoria Transport Policy Institute, basado en Canadá, los conservadores y libertarios que propician "el gobierno pequeño" critican el crecimiento inteligente como una violación de la libertad al instituir capas complicadas de regulación en los planes de desarrollo, aumentando la congestión de tránsito y la contaminación atmosférica, reduciendo el acceso a la vivienda urbana al forzar los habitantes locales fuera del perímetro interno, y crear niveles indeseables de densidad, los cuales requerirían subvenciones ruinosas de tránsito, entre otras quejas.

La comunidad ambiental está un poco dividida también. La mayoría ve algún desarrollo y expansión como inevitable (especialmente con la población humana siempre en ascenso) —y en ese sentido abraza el crecimiento inteligente como el menor de los males posibles. Pero un segmento más pequeño de ecologistas cuestiona si cualquier desarrollo—inteligente o no—sea bueno para los sistemas naturales de una región. Pero aunque tales debates pueden seguir al rojo en las universidades y los comités de expertos, el crecimiento inteligente ya es la norma superior para juzgar proyectos de desarrollo en la mayoría de nuestras áreas metropolitanas.

CONTACTOS: EPA, http://www.epa.org/ ; Smart Growth Network, http://www.smartgrowth.org/ ; Todd Litman’s "Evaluating Criticism of Smart Growth," www.vtpi.org/sgcritics.pdf

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