“Some eight million “flex-fuel” vehicles, which can run on either regular gasoline or so-called E85, a mix of 85 percent ethanol and 15 percent gasoline, are now on U.S. roads. Unfortunately, most of them are nowhere near an ethanol filling station, so they are just running on conventional gasoline. Pictured: an E85 pump in Parker, Arizona.”
Image courtesy: “Chazz Layne, courtesy Flickr.”
No one knows for sure how the ongoing oil catastrophe in the Gulf of Mexico will affect the deep sea ecosystem, but scientists are not optimistic. Oil from what is now considered the nation’s second largest spill, 1989’s Exxon Valdez mishap, slicked 11,000 square miles of ocean surface and 1,300 miles of pristine Alaskan coastline while killing hundreds of thousands of birds and marine mammals and untold numbers of fish and fish eggs. But the impacts of the ongoing Deepwater Horizon leak in the Gulf may be far worse given that much of the loose oil is actually in the water column, not on the surface. In fact, researchers from the National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) recently detected huge deepwater plumes of dispersed oil up to 30 miles long, seven miles wide and hundreds of feet thick.
Why would an undersea spill be worse? One outcome could be the expansion in size and extension in time of a seasonal “dead zone” that already plagues the Gulf of Mexico as a result of industrial pollutants and agricultural run-off from the Mississippi River. While huge Gulf of Mexico algae blooms help to naturally clean up the Midwest’s factory emissions and wasted fertilizer, such a process doesn’t come without a cost to the ecosystem. Every spring, in a condition known as hypoxia, this fast growing algae depletes large sections of the Gulf's water column of the oxygen crucial for other life forms to survive there. The BP oil spill is likely to exacerbate this problem, as natural oil-eating microbes swarming over undersea oil plumes could cause or add to hypoxic conditions in otherwise teeming swaths of the Gulf.
According to NOAA researcher Samantha Joye, the undersea oil poses a direct threat to large marine wildlife, such as fish, sharks and cetaceans, and also to the tiny stuff, including zooplankton, shrimp, corals, crabs and worms. By endangering these latter populations, the foundation of the marine food chain, the oil could have chronic long-term effects on the wider Gulf ecosystem, including the industries—more shrimp and oysters come from the Gulf than anywhere else in the world—that rely on them.
Another worry is how the chemical dispersants being used to break up the undersea oil will impact the Gulf's ecosystems and inhabitants. The dispersant’s ingredients are a trade secret closely held by the company that makes it, and therefore have not been vetted by marine biologists to determine their safety for use in such a large application. It also remains to be seen what impact the tiny oil droplets left in the dispersant's wake will have. It could actually be worse for the undersea environment to break the oil up into tiny droplets (which is done to try to make it easier for microbes to digest them).
Beyond all these undersea environmental effects, the oil is also starting to wash up into coastal wetlands already besieged by overdevelopment, pollution and the lingering effects of Hurricane Katrina. If there can be any silver lining to this catastrophe, it may be that it is the wake-up call we’ve needed to start moving more rapidly away from fossil fuels to a clean, renewable energy future. For starters, we can all begin to reduce our own oil consumption and opt for clean and green energy sources whenever possible.
CONTACTS: Deepwater Horizon Response, http://www.deepwaterhorizonresponse.com/ ; NOAA, http://www.noaa.gov/
In Spanish:
Querido DiálogoEcológico: ¿Es verdad que el derrame de petróleo de BP es mucho más serio como amenaza ambiental que los derrames de petróleo anteriores, y si ése es el caso por qué?- Nathan Gore, Pawtucket, RI
“Unos ocho millones de vehículos tipo "combustible flexible" que pueden operar con gasolina normal o el llamado E85, una mezcla de 85 por ciento de etanol y 15 por ciento gasolina, se ven actualmente en las carreteras de EE.UU. Desgraciadamente, la mayoría de ellos se encuentran muy lejos de una gasolinera de etanol, de modo que funcionan sencillamente con la gasolina convencional. Imagen: Una bomba gasolinera E85 en Parker, Arizona.”
Nadie sabe con certeza cómo afectará la catástrofe progresiva de petróleo en el Golfo de México el ecosistema profundo del mar, pero los científicos no están optimistas. El aceite de lo que ahora se considera como el segundo mayor derrame de la nación, el desastre del Exxon Valdez en 1989, embardunó 11.000 millas cuadradas de superficie de océano y 1.300 millas de litoral prístino de Alaska, matando cientos de miles de pájaros y mamíferos marinos y cantidades inauditas de huevos de pescados y peces. Pero el impacto del derrame del Deepwater Horizon en el Golfo puede ser mucho peor dado que mucho de ese petróleo suelto está realmente en la columna de agua, no en la superficie. De hecho, los investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) discernieron recientemente plumas de petróleo dispersado a grandes profundidas, de hasta 30 millas de largo, siete millas de ancho y cientos de pies en grosor.
¿Por qué sería peor un derrame submarino? Un resultado podría ser la expansión en el tamaño, extensión y duración de una "zona muerta" estacional que ya plaga el Golfo de México a consecuencia de contaminantes industriales y escorrentía agrícola del Río Mississippi. Aunque inmensas floraciones de algas en el Golfo de México ayudan a limpiar naturalmente las emisiones de fábricas del Medio oeste y de abonos malgastados, tal proceso no viene sin un costo al ecosistema. Cada primavera, en una condición conocida como hipoxia, este crecimiento desaforado de las algas agota el oxígeno de secciones grandes de la columna de agua del Golfo de Mexico, oxígeno crucial para la sobrevivencia de otras formas de vida. El escape de petróleo de BP es probable que agrave este problema, ya que los microbios petróleofagos naturales que pululan en estas plumas submarinas de petróleo podrían causar o añadir problemas a las condiciones hipóxicas existentes en el Golfo.
Según la investigadora de NOAA Samantha Joye, el petróleo submarino representa una amenaza directa a la flora y fauna marina grande, como peces, tiburones y cetáceos, y también al material diminuto, inclusive el zooplankton, el camarón, los corales, los cangrejos y los gusanos. Al poner en peligro estas últimas poblaciones, la base de la cadena alimenticia marina, el petróleo podría tener efectos crónicos a largo plazo en el ecosistema general del Golfo, inclusive afectando las industrias que dependen de él—vienen más camarones y ostras del Golfo que de cualquiera otra parte del mundo.
Otra preocupación es cómo los dispersantes químicos siendo utilizados en este momento en el Golfo para separar el petróleo submarino afectarán los ecosistemas del Golfo y sus habitantes. Los ingredientes del dispersante son un secreto comercial celosamente protegido, y por lo tanto no ha sido examinado ni aprobado por biólogos marinos para determinar su seguridad en casos de aplicación masivas. También está por verse el efecto que tendrán las gotitas diminutas de petróleo producidas por el dispersante. Podría ser realmente peor para el ambiente submarino separar el petróleo en gotitas diminutas (que se hace para hacerlo más digerible por los microbios).
Más allá de todos estos efectos ambientales submarinos, el petróleo también comienza a aparecer en pantanos costeros frágiles ya en aprietos por el superdesarrollo, la contaminación y los efectos persistentes del Huracán Katrina. Si esta catástrofe tiene algún consuelo, es que podría ser el zacudón para despabilar a la nación de que debe alejarse más rápidamente de los hidrocarburos hacia un futuro de energía limpio y renovable. Para empezar, todos nosotros podemos comenzar a reducir nuestro propio consumo de petróleo y optar por fuentes limpias y verdes de energía donde estas sean posibles.
CONTACTOS: Deepwater Horizon Response, http://www.deepwaterhorizonresponse.com/ ; NOAA, http://www.noaa.gov/